Pensamiento del miércoles 14 de junio de 2017.
"Cuando se os presenta una dificultad, o cuando se os anuncia un acontecimiento desagradable, observad vuestras reacciones… Enseguida, interiormente, se pone en funcionamiento todo un mecanismo: comenzáis a inquietaros y a imaginaros lo peor, y es así que, por culpa vuestra, lo que no era más que una pequeña piedra, acaba finalmente convirtiéndose en una enorme roca que obstruye vuestro camino. Esto no es razonable…
En el futuro, sed vigilantes: en el momento en que os comuniquen una noticia desagradable, o que os encontréis ante una mala sorpresa, en lugar de dejaros inmediatamente llevar por la ira, el desánimo o la tristeza, deteneos y decid: «Voy a esperar, quizá no sea tan grave, las cosas pueden solucionarse.» Así, en vez de dar a este acontecimiento unas proporciones desmesuradas y sentirse agobiado incluso antes de que se produzca, os reforzáis. ¿Por qué estar siempre seguros no sólo de lo malo, sino incluso de lo peor?"
"Cuando se os presenta una dificultad, o cuando se os anuncia un acontecimiento desagradable, observad vuestras reacciones… Enseguida, interiormente, se pone en funcionamiento todo un mecanismo: comenzáis a inquietaros y a imaginaros lo peor, y es así que, por culpa vuestra, lo que no era más que una pequeña piedra, acaba finalmente convirtiéndose en una enorme roca que obstruye vuestro camino. Esto no es razonable…
En el futuro, sed vigilantes: en el momento en que os comuniquen una noticia desagradable, o que os encontréis ante una mala sorpresa, en lugar de dejaros inmediatamente llevar por la ira, el desánimo o la tristeza, deteneos y decid: «Voy a esperar, quizá no sea tan grave, las cosas pueden solucionarse.» Así, en vez de dar a este acontecimiento unas proporciones desmesuradas y sentirse agobiado incluso antes de que se produzca, os reforzáis. ¿Por qué estar siempre seguros no sólo de lo malo, sino incluso de lo peor?"