Pensamiento del lunes 24 de Octubre de 2016.
"El intelecto es un buen instrumento de trabajo para el estudio y la exploración de la materia, pero no siempre es la mejor guía. ¿Por qué? Porque no sólo tiene una percepción parcial de la realidad, sino sobre todo, porque en el fondo de todo lo que decide emprender, hay un interés, un móvil oculto, un cálculo egoísta que termina siempre causando trastornos. ¿Qué pasa con un hombre que se deja conducir por su intelecto? Apenas hace un sacrificio, un gesto generoso, ya lo lamenta; cree que ha sido un insensato al oír los consejos de su corazón o de su alma.
El intelecto tampoco es capaz de concebir cómo la fraternidad se realizará entre los hombres, cómo la tierra estará formada por una única familia, cómo el mundo entero vivirá en la paz y la armonía. No puede elevarse lo bastante arriba para descubrir los verdaderos remedios, las verdaderas soluciones. Lo que imagina, lo que propone a partir de su visión incompleta y egocéntrica de las cosas, es siempre parcial, defectuoso y no resolverá nada de manera definitiva. Existen soluciones para todos los problemas que se plantean a los humanos, pero para hallarlas es preciso también apelar al corazón, al alma y al espíritu."
"El intelecto es un buen instrumento de trabajo para el estudio y la exploración de la materia, pero no siempre es la mejor guía. ¿Por qué? Porque no sólo tiene una percepción parcial de la realidad, sino sobre todo, porque en el fondo de todo lo que decide emprender, hay un interés, un móvil oculto, un cálculo egoísta que termina siempre causando trastornos. ¿Qué pasa con un hombre que se deja conducir por su intelecto? Apenas hace un sacrificio, un gesto generoso, ya lo lamenta; cree que ha sido un insensato al oír los consejos de su corazón o de su alma.
El intelecto tampoco es capaz de concebir cómo la fraternidad se realizará entre los hombres, cómo la tierra estará formada por una única familia, cómo el mundo entero vivirá en la paz y la armonía. No puede elevarse lo bastante arriba para descubrir los verdaderos remedios, las verdaderas soluciones. Lo que imagina, lo que propone a partir de su visión incompleta y egocéntrica de las cosas, es siempre parcial, defectuoso y no resolverá nada de manera definitiva. Existen soluciones para todos los problemas que se plantean a los humanos, pero para hallarlas es preciso también apelar al corazón, al alma y al espíritu."