Pensamiento del viernes 7 de julio de 2017.
"A menudo se dice que la esperanza hace vivir, y en efecto, aquél que de algún modo está insatisfecho o decepcionado por los acontecimientos, a menudo tiende a proyectarse hacia el futuro: pronto… dentro de algunos días… dentro de algunos meses… todo irá mejor. Sin duda la esperanza es lo último que se pierde. Pero en tanto no se realiza lo que esperamos, necesitamos encontrar algo en lo que apoyarnos para continuar resistiendo. Para resistir, hay primero que tener fe. Ahora bien, la fe reposa sobre la convicción de que el universo está regido por leyes, y en particular, por la ley según la cual toda semilla acaba por dar frutos: si hemos plantado buenas semillas, un día recolectaremos frutos magníficos. Pero también hay que mantener la vida en uno mismo, recibir un impulso gracias al amor. De lo contrario, la esperanza no es más que una fuga ante la realidad, y también ella, un día, nos abandonará.
Para no perder nunca la esperanza, es necesario alimentar en nosotros la fe y el amor, y ante cada dificultad que se presente, invocarlas para que nos socorran. Es esto lo que nos permite mantener la esperanza hasta el final."
"A menudo se dice que la esperanza hace vivir, y en efecto, aquél que de algún modo está insatisfecho o decepcionado por los acontecimientos, a menudo tiende a proyectarse hacia el futuro: pronto… dentro de algunos días… dentro de algunos meses… todo irá mejor. Sin duda la esperanza es lo último que se pierde. Pero en tanto no se realiza lo que esperamos, necesitamos encontrar algo en lo que apoyarnos para continuar resistiendo. Para resistir, hay primero que tener fe. Ahora bien, la fe reposa sobre la convicción de que el universo está regido por leyes, y en particular, por la ley según la cual toda semilla acaba por dar frutos: si hemos plantado buenas semillas, un día recolectaremos frutos magníficos. Pero también hay que mantener la vida en uno mismo, recibir un impulso gracias al amor. De lo contrario, la esperanza no es más que una fuga ante la realidad, y también ella, un día, nos abandonará.
Para no perder nunca la esperanza, es necesario alimentar en nosotros la fe y el amor, y ante cada dificultad que se presente, invocarlas para que nos socorran. Es esto lo que nos permite mantener la esperanza hasta el final."