Pensamiento del miércoles 12 de julio de 2017.
"Lo ideal sería realizar cada mañana en la naturaleza nuestros ejercicios de gimnasia y de respiración, para beneficiarnos de una mayor pureza del aire, porque es en el aire donde podemos recoger esa quintaesencia muy preciosa que los yoguis indios han llamado el prana. El prana es una energía de vida esparcida por todas partes en la tierra, el agua, el aire y el fuego; pero es principalmente transportada por los rayos del sol, y es por la mañana muy temprano cuando es más abundante. Cada una de sus partículas es como una gotita cristalina, una pequeña esfera luminosa en suspensión rellena de una esencia espiritual, y mediante la respiración absorbemos algunas gotas de luz.
Haciendo pasar conscientemente el aire por la nariz, ponemos en funcionamiento nuestros centros sutiles que trabajan para extraer la quintaesencia. Una vez captada, esta quintaesencia comienza a circular; es como un fuego que recorre a lo largo de las ramificaciones nerviosas situadas a ambos lados de la columna vertebral. Al igual que la sangre circula a través de las venas, las arterias y los capilares, el prana circula a través de nuestro sistema nervioso. De nuestra forma de respirar depende por tanto no sólo nuestra salud física, sino también la adquisición de facultades espirituales, el despertar de los chacras."
"Lo ideal sería realizar cada mañana en la naturaleza nuestros ejercicios de gimnasia y de respiración, para beneficiarnos de una mayor pureza del aire, porque es en el aire donde podemos recoger esa quintaesencia muy preciosa que los yoguis indios han llamado el prana. El prana es una energía de vida esparcida por todas partes en la tierra, el agua, el aire y el fuego; pero es principalmente transportada por los rayos del sol, y es por la mañana muy temprano cuando es más abundante. Cada una de sus partículas es como una gotita cristalina, una pequeña esfera luminosa en suspensión rellena de una esencia espiritual, y mediante la respiración absorbemos algunas gotas de luz.
Haciendo pasar conscientemente el aire por la nariz, ponemos en funcionamiento nuestros centros sutiles que trabajan para extraer la quintaesencia. Una vez captada, esta quintaesencia comienza a circular; es como un fuego que recorre a lo largo de las ramificaciones nerviosas situadas a ambos lados de la columna vertebral. Al igual que la sangre circula a través de las venas, las arterias y los capilares, el prana circula a través de nuestro sistema nervioso. De nuestra forma de respirar depende por tanto no sólo nuestra salud física, sino también la adquisición de facultades espirituales, el despertar de los chacras."