Pensamiento del domingo 26 de febrero de 2017.
"Un día que Jesús reprochaba a sus discípulos su incredulidad, les dijo: «Si tuvieseis la misma fe de un grano de mostaza, diríais a esta montaña: Desplázate de aquí hasta allí y ella se desplazaría». Aquellos que leen esta parábola se sorprenden por la desproporción que existe entre el tamaño de la montaña y el de la semilla, y se detienen ahí; por esto no pueden interpretarla correctamente. Para comprender, hay que empezar por reflexionar sobre la naturaleza y las propiedades de la semilla.
Tener fe sólo como un grano de mostaza puede llegar a desplazar montañas... Sí, es posible, porque la fe es como un grano plantado en nuestro corazón, en nuestra alma: crece, se desarrolla, y cuando se convierte en un árbol, los pájaros del cielo, como también dice Jesús, vienen a habitar en sus ramas. Los pájaros del cielo, son todas las entidades luminosas del mundo invisible, y estas entidades no llegan con las manos vacías, aportan todos los regalos del Cielo: la sabiduría, el amor, la pureza, la paz, la fuerza… Gracias a estos regalos el hombre adquiere poco a poco el poder de desplazar las montañas."
"Un día que Jesús reprochaba a sus discípulos su incredulidad, les dijo: «Si tuvieseis la misma fe de un grano de mostaza, diríais a esta montaña: Desplázate de aquí hasta allí y ella se desplazaría». Aquellos que leen esta parábola se sorprenden por la desproporción que existe entre el tamaño de la montaña y el de la semilla, y se detienen ahí; por esto no pueden interpretarla correctamente. Para comprender, hay que empezar por reflexionar sobre la naturaleza y las propiedades de la semilla.
Tener fe sólo como un grano de mostaza puede llegar a desplazar montañas... Sí, es posible, porque la fe es como un grano plantado en nuestro corazón, en nuestra alma: crece, se desarrolla, y cuando se convierte en un árbol, los pájaros del cielo, como también dice Jesús, vienen a habitar en sus ramas. Los pájaros del cielo, son todas las entidades luminosas del mundo invisible, y estas entidades no llegan con las manos vacías, aportan todos los regalos del Cielo: la sabiduría, el amor, la pureza, la paz, la fuerza… Gracias a estos regalos el hombre adquiere poco a poco el poder de desplazar las montañas."