Pensamiento del domingo 19 de febrero de 2017.
"Llamamos generalmente «milagros» a fenómenos que, creemos, desafían o niegan las leyes de la naturaleza. Y bien, tales fenómenos no existen. Todo fenómeno obedece a las leyes de la naturaleza. Y si hablamos de milagros, es porque ignoramos las leyes que permiten explicarlos. Existen fenómenos excepcionales, porque son raras las personas capaces de producirlos; pero milagros, tal como imaginan la mayoría de los creyentes, no existen.
Incluso los hechos más extraordinarios son naturales, nada es «sobrenatural.» Y la explicación es simple: la naturaleza tiene una infinidad de grados, de los más materiales a los más sutiles, y estos grados sutiles escapan a la mayoría de los humanos. Las leyes del mundo físico y del mundo espiritual que explican los «milagros» son también leyes de la naturaleza; sólo es necesario conocer los planos sutiles en los que actúan. "
"Llamamos generalmente «milagros» a fenómenos que, creemos, desafían o niegan las leyes de la naturaleza. Y bien, tales fenómenos no existen. Todo fenómeno obedece a las leyes de la naturaleza. Y si hablamos de milagros, es porque ignoramos las leyes que permiten explicarlos. Existen fenómenos excepcionales, porque son raras las personas capaces de producirlos; pero milagros, tal como imaginan la mayoría de los creyentes, no existen.
Incluso los hechos más extraordinarios son naturales, nada es «sobrenatural.» Y la explicación es simple: la naturaleza tiene una infinidad de grados, de los más materiales a los más sutiles, y estos grados sutiles escapan a la mayoría de los humanos. Las leyes del mundo físico y del mundo espiritual que explican los «milagros» son también leyes de la naturaleza; sólo es necesario conocer los planos sutiles en los que actúan. "