Pensamiento del Sábado 11 de febrero de 2017.
"Sólo puede avanzar en el camino de la Iniciación aquél que ha comprendido en primer lugar que tiene como padres al Padre celestial y a la Madre divina, y que debe comportarse como hijo suyo. No se comporta como esos supuestos filósofos o sabios que encuentran absurda y desfasada la idea de Dios, y que creen que demuestran inteligencia y espíritu de libertad apartándose de Él para llevar una vida independiente. «¡Ser hijo de Dios, hija de Dios, pero qué tonterías!» piensan, «nosotros, somos adultos.» Pues bien, no, no son adultos, sino niños recalcitrantes.
El verdadero adulto, en el sentido iniciático del término, nunca abandona a sus padres celestiales para ser independiente. Sólo los niños ignorantes e inconscientes reclaman la independencia y la libertad lejos del Señor. Y luego se preguntan por qué sufren física y psíquicamente. Es fácil de responder: cuando nos separamos de Dios, ya no estamos ni alimentados, ni protegidos, ni sostenidos, ni instruidos. Los problemas, las angustias persiguen a todos aquellos que han abandonado a sus padres divinos. Por tanto, acercaros a vuestro Padre y a vuestra Madre celestiales, y tened plena confianza en ellos. "
"Sólo puede avanzar en el camino de la Iniciación aquél que ha comprendido en primer lugar que tiene como padres al Padre celestial y a la Madre divina, y que debe comportarse como hijo suyo. No se comporta como esos supuestos filósofos o sabios que encuentran absurda y desfasada la idea de Dios, y que creen que demuestran inteligencia y espíritu de libertad apartándose de Él para llevar una vida independiente. «¡Ser hijo de Dios, hija de Dios, pero qué tonterías!» piensan, «nosotros, somos adultos.» Pues bien, no, no son adultos, sino niños recalcitrantes.
El verdadero adulto, en el sentido iniciático del término, nunca abandona a sus padres celestiales para ser independiente. Sólo los niños ignorantes e inconscientes reclaman la independencia y la libertad lejos del Señor. Y luego se preguntan por qué sufren física y psíquicamente. Es fácil de responder: cuando nos separamos de Dios, ya no estamos ni alimentados, ni protegidos, ni sostenidos, ni instruidos. Los problemas, las angustias persiguen a todos aquellos que han abandonado a sus padres divinos. Por tanto, acercaros a vuestro Padre y a vuestra Madre celestiales, y tened plena confianza en ellos. "