"Debemos volvernos con confianza hacia los Iniciados, hacia los grandes Maestros, hacia todos estos seres que han ido mucho más lejos que nosotros en el camino de la evolución, porque tenemos necesidad de ellos para ser guiados e instruidos. No hay que tener miedo de que abusen de su autoridad para privarnos de nuestra libertad: no tienen ninguna intención de guardarnos para ellos mismos. Su objetivo es únicamente ponernos en relación con un mundo al cual no podríamos tener acceso inmediatamente solamente con nuestras propias capacidades. A través de estos seres circulan corrientes puras de energía, son como fuentes en las que podemos beber esperando ser capaces de beber directamente de la Fuente cósmica.
Los buenos padres saben que después de haber educado a sus hijos y velado por ellos, deben dejarles libres y no mantenerlos atados a ellos. Del mismo modo, un Maestro espiritual sabe que debe preparar a sus discípulos para sus padres divinos, es decir, para los verdaderos padres de su alma y de su espíritu: el Alma universal y el Espíritu cósmico."