"Nuestro cuerpo físico está compuesto por un número incalculable de células, y cada una de estas células es una entidad viva, una muy pequeña alma inteligente que sabe cómo respirar, cómo alimentarse, cómo eliminar... Mirad como trabajan las células del estómago, del hígado, de los órganos sexuales, del corazón, del cerebro. Todas ellas tienen su especialización. Y nuestra inteligencia es la suma de las inteligencias de todas esas pequeñas existencias: dependemos de ellas y ellas dependen de nosotros, formamos una unidad.
El ser humano no puede hacer nada sin el consentimiento de sus células. El día en que éstas dejan de trabajar, de contribuir al buen funcionamiento de su organismo, ya no puede respirar, ni alimentarse, ni eliminar, ni moverse ni pensar. Y no sirve de nada rebelarse contra esta situación. El hombre debe comprender pues que él es la síntesis de todas estas pequeñas almas inteligentes que viven en él, y que cada día, tiene que cuidar de ellas."