"En todo lo que emprendemos en el dominio material o espiritual, sólo cuentan nuestros esfuerzos. El Cielo nunca considera los éxitos, sino sólo los esfuerzos. Él decide sobre el éxito, porque todo lo que hacemos se inscribe en un conjunto y debe pues servir a sus planes, estar de acuerdo con ellos; y justamente, ¡quizás no esté previsto que nuestros proyectos se realicen tal como nosotros deseamos! Sólo nuestros esfuerzos nos pertenecen; en cuanto al éxito, son otros quienes deciden.
Dejad pues a los seres de arriba decidir el momento en que vuestros esfuerzos serán coronados por el éxito. Suceda lo que suceda, debéis deciros: «De momento, es verdad que mi trabajo no está dando resultados muy visibles, tangibles, pero en realidad ya sé que hoy ya ha dado sus frutos.» Incluso si no se ven, siempre hay resultados en los corazones y en las almas. Nada se queda inerte o estancado."