"La mayoría de los seres humanos están acostumbrados a tomarse la vida como viene, sin sospechar que los acontecimientos son una materia que es necesario preparar, como se prepara el alimento cocinándolo y añadiéndole ciertos ingredientes: aceite, vinagre, sal, pimentón, etc. Y tampoco comemos el pescado inmediatamente después de haber sido pescado, ni las verduras tal como han sido arrancadas de la tierra, ¿no es cierto? La cocina es pues el arte de hacer comestibles e incluso suculentos, toda clase de productos que serían indigestos o insípidos si no nos ocupásemos de limpiarlos, cocerlos o aderezarlos.
Lo mismo sucede con la felicidad. La felicidad es el resultado de una verdadera cocina interior. Los buenos momentos de la existencia no vendrán a presentarse espontáneamente ante vosotros, no los cogeréis como se coge un fruto maduro del árbol al pasar. Debéis aprender a trabajar sobre cada situación, y particularmente sobre las situaciones difíciles, dolorosas, añadiéndoles elementos de vuestro espíritu y de vuestra alma, inspirados por la sabiduría y el amor divinos."