"Incluso los seres más dotados del mundo no pueden llegar a nada si no se ejercitan todos los días, varias horas al día, y a menudo desde la infancia, para desarrollar sus talentos. El trabajo, sólo el trabajo da resultados. Y esto es aún más cierto para la vida espiritual que para todos los demás dominios. ¿Por qué?... Porque la vida espiritual no puede ser considerada separadamente de la totalidad de la existencia. La vida espiritual concierne al ser entero y a todos los momentos de la jornada.
Pongamos el caso de un músico: aunque sea un genio, no sólo la música no ocupa todo su tiempo, sino que puede también manifestar sus dones dejándose llevar por sus malas inclinaciones y llevando una vida caótica. Lo mismo puede suceder con los escritores, los pintores, etc. Es mucho más fácil cultivar un don, sea el que sea, que triunfar sobre sus debilidades y sobre sus lagunas psíquicas o morales. Se trata ahí de un trabajo de todos los instantes, el día y la noche, y por eso no hay muchos candidatos para la vida espiritual."