"En la vida espiritual nunca debemos inquietarnos por el tiempo que nos
llevará obtener resultados, sino solamente preguntarnos si estamos
realmente avanzando por el camino de la luz. Cuando hemos adquirido la
certeza de andar por este camino, el tiempo ya no tiene importancia y no
debemos poner ninguna condición. Sólo debemos seguir caminando.
Alguno dirá: «¡Pero me haré viejo antes de llegar a la meta!» Pues bien,
tampoco eso hay que tomarlo en consideración. Si no, no haréis nada y
os volveréis viejos de todas formas. Nadie puede escapar a la vejez:
hagamos lo que hagamos nos volveremos viejos. Y puesto que la vejez es
inevitable, creedme, es mejor hacerse viejo con la luz, con la belleza,
con la fuerza, con la inteligencia y con el amor, que dan todo su valor a
la vida."