Pensamiento del domingo 8 de Octubre de 2017.
"La materia tiende hacia el espíritu, desea ascender hasta él para volverse más pura, más sutil; y viceversa, el espíritu desciende hasta la materia para encarnarse y manifestarse a través de ella. Así la bienamada parte al encuentro de su bienamado que desciende de las regiones celestiales, y cuando se reencuentran en algún lugar del espacio, ¡con qué felicidad se unen!
De la misma manera, todo el trabajo del espiritualista puede resumirse en ese proceso: el reencuentro del espíritu y de la materia. Haga lo que haga, cualesquiera que sean sus ocupaciones, sus experiencias, sus proyectos, deben conducir a lo que os resumo aquí en dos palabras: la espiritualización de la materia y la encarnación del espíritu. Porque cuando el espíritu desciende a las profundidades del ser humano, transforma la materia bruta de sus pasiones en belleza, pureza, luz, nobleza y amor."
"La materia tiende hacia el espíritu, desea ascender hasta él para volverse más pura, más sutil; y viceversa, el espíritu desciende hasta la materia para encarnarse y manifestarse a través de ella. Así la bienamada parte al encuentro de su bienamado que desciende de las regiones celestiales, y cuando se reencuentran en algún lugar del espacio, ¡con qué felicidad se unen!
De la misma manera, todo el trabajo del espiritualista puede resumirse en ese proceso: el reencuentro del espíritu y de la materia. Haga lo que haga, cualesquiera que sean sus ocupaciones, sus experiencias, sus proyectos, deben conducir a lo que os resumo aquí en dos palabras: la espiritualización de la materia y la encarnación del espíritu. Porque cuando el espíritu desciende a las profundidades del ser humano, transforma la materia bruta de sus pasiones en belleza, pureza, luz, nobleza y amor."