Pensamiento del lunes 2 de Octubre de 2017.
"Cada día nos encontramos con personas diferentes y no podemos evitar sentir por ellas espontáneamente un sentimiento de simpatía o antipatía. Porque la simpatía y antipatía son sentimientos naturales que incluso los sabios conocen. Pero la diferencia entre el sabio y el hombre ordinario, es que el sabio domina sus antipatías y no se abandona ciegamente a sus simpatías, porque sabe que ni unas ni otras representan criterios válidos.
La simpatía y la antipatía son reacciones instintivas y puramente subjetivas que tienen frecuentemente su origen en experiencias vividas en otras existencias. No informan con imparcialidad sobre el valor de una persona, sus cualidades o sus defectos. Muchos se imaginan que es su intuición la que les dicta estas reacciones. Pues bien, no, en absoluto. Por esto hay que acostumbrarse no sólo a manifestar comprensión, bondad hacia a los seres que nos son antipáticos, sino también aceptar en reconocer los errores y las lagunas de aquellos que nos son simpáticos."
"Cada día nos encontramos con personas diferentes y no podemos evitar sentir por ellas espontáneamente un sentimiento de simpatía o antipatía. Porque la simpatía y antipatía son sentimientos naturales que incluso los sabios conocen. Pero la diferencia entre el sabio y el hombre ordinario, es que el sabio domina sus antipatías y no se abandona ciegamente a sus simpatías, porque sabe que ni unas ni otras representan criterios válidos.
La simpatía y la antipatía son reacciones instintivas y puramente subjetivas que tienen frecuentemente su origen en experiencias vividas en otras existencias. No informan con imparcialidad sobre el valor de una persona, sus cualidades o sus defectos. Muchos se imaginan que es su intuición la que les dicta estas reacciones. Pues bien, no, en absoluto. Por esto hay que acostumbrarse no sólo a manifestar comprensión, bondad hacia a los seres que nos son antipáticos, sino también aceptar en reconocer los errores y las lagunas de aquellos que nos son simpáticos."