Pensamiento del miércoles 14 de febrero de 2018.
"La vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto... Los cinco sentidos nos ponen en relación con el mundo que nos rodea. ¿Habéis reflexionado sobre el hecho de que si se puede oír desde lejos, y ver aún desde más lejos, para sentir las cosas y tocarlas debemos acercarnos cada vez más a ellas? Y para saborearlas, debemos introducirlas en nuestra boca. Podemos por tanto decir que el oído y la vista dan al hombre mayor libertad, mientras que el olfato, el tacto y el gusto tienden a esclavizarlo porque le obligan a aproximarse a los objetos y a los seres.
"La vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto... Los cinco sentidos nos ponen en relación con el mundo que nos rodea. ¿Habéis reflexionado sobre el hecho de que si se puede oír desde lejos, y ver aún desde más lejos, para sentir las cosas y tocarlas debemos acercarnos cada vez más a ellas? Y para saborearlas, debemos introducirlas en nuestra boca. Podemos por tanto decir que el oído y la vista dan al hombre mayor libertad, mientras que el olfato, el tacto y el gusto tienden a esclavizarlo porque le obligan a aproximarse a los objetos y a los seres.
Pero también sucede que los sentidos superiores – la vista y el oído – conducen hacia los sentidos inferiores. Los ojos y los oídos hacen lo posible para firmar contratos con la nariz, la boca y las manos. Un hombre se maravilla por la belleza de una mujer, por el tono de su voz… ¿Se contentará con mirarla y escucharla? Con frecuencia es empujado a acercarse a ella para respirar su perfume, acariciarla, besarla... El sabio es aquél que ha aprendido a romper este contrato: por sus oídos y sus ojos se esfuerza para entrar en contacto con el lado sutil de los seres. Es así como se libera."
Fuente:
http://www.prosveta.com