Pensamiento del domingo 22 de abril de 2018.
"Aquél que obra mal será, tarde o temprano, víctima de los desórdenes que ha creado en él. Por más que finja ser muy fuerte, y crea que puede hacer tranquilamente cualquier cosa, sus malas acciones se registran en su conciencia, y un día vienen a asaltarle: la inquietud y los remordimientos le atormentan. Incluso un mago, un Iniciado, que tiene poderes sobre la naturaleza y a quien los espíritus obedecen, no puede escapar a esta ley.
No existe ningún poder capaz de apaciguar a un hombre atormentado por el sentimiento de su culpabilidad, y es así como interiormente se debilita. Poco a poco su mundo interior y el mundo exterior escapan de su control."Aquél que obra mal será, tarde o temprano, víctima de los desórdenes que ha creado en él. Por más que finja ser muy fuerte, y crea que puede hacer tranquilamente cualquier cosa, sus malas acciones se registran en su conciencia, y un día vienen a asaltarle: la inquietud y los remordimientos le atormentan. Incluso un mago, un Iniciado, que tiene poderes sobre la naturaleza y a quien los espíritus obedecen, no puede escapar a esta ley.
Por lo tanto, sólo debéis contar con vuestros actos rectos y honrados. Desde el instante que trasgredís una ley, perdéis vuestros poderes. Y no regresarán hasta que logréis reparar vuestras faltas. Lo que diferencia a los Iniciados de las personas ordinarias, es que aquellos consiguen reparar rápidamente sus errores. Aquí también reside su poder: en esta capacidad que tienen de reparar."
Fuente:
http://www.prosveta.com