Pensamiento del domingo 1 de abril de 2018.
"Los cirios y las lamparillas de aceite que se encienden en las iglesias, son símbolos de nuestro espíritu y nuestra alma que debemos encender con la llama celestial. Cuando las hayamos encendido, podremos también encender otros espíritus y otras almas a nuestro alrededor. Como en las iglesias ortodoxas, en la mañana de Pascua.
Cada fiel lleva una vela en la mano; el pope comienza encendiendo un cirio; el oficiante más cercano que le ayuda enciende el suyo; luego, uno detrás de otro, cada fiel enciende su vela con la llama del que está a su lado. Así, poco a poco, diríamos que el fuego se expande… hasta el momento en que la Iglesia se llena de una multitud de llamitas."Los cirios y las lamparillas de aceite que se encienden en las iglesias, son símbolos de nuestro espíritu y nuestra alma que debemos encender con la llama celestial. Cuando las hayamos encendido, podremos también encender otros espíritus y otras almas a nuestro alrededor. Como en las iglesias ortodoxas, en la mañana de Pascua.
En una Escuela iniciática, aprendemos a encender nuestro espíritu y nuestra alma al fuego divino. Y una vez que los hemos encendido, no cesamos de mantener su llama con el fin de que otros espíritus y otras almas puedan acercarse a este fuego para iluminarse."
Fuente:
http://www.prosveta.com