Pensamiento del domingo 21 de agosto de 2016.
"Todos los días se presentan tentaciones ante vosotros. Ser tentado, significa recibir una influencia. ¿Y qué es una influencia? Es una corriente que trata de penetrar en nosotros, es decir, una especie de alimento. Hay buenas influencias, pero también hay malas y no siempre es posible oponerse a la irrupción en nosotros de corrientes negativas. Pero una vez se han introducido, debemos esforzarnos por transformarlas. Si sucumbimos, si nos dejamos llevar por un gesto de debilidad, nuestro tribunal interior nota que no hemos sabido asimilar estas substancias, y éstas reaparecerán de una manera u otra, bajo la forma de molestias psíquicas o incluso físicas.
Los alimentos nocivos que se dejan entrar corren el riesgo de no volver a salir; hay pues que vigilar que no penetren. Pero como esto no siempre se logra, si sucede que les hemos abierto una vía en nosotros, debemos esforzarnos para transformarlos para volverlos digeribles y asimilables."
"Todos los días se presentan tentaciones ante vosotros. Ser tentado, significa recibir una influencia. ¿Y qué es una influencia? Es una corriente que trata de penetrar en nosotros, es decir, una especie de alimento. Hay buenas influencias, pero también hay malas y no siempre es posible oponerse a la irrupción en nosotros de corrientes negativas. Pero una vez se han introducido, debemos esforzarnos por transformarlas. Si sucumbimos, si nos dejamos llevar por un gesto de debilidad, nuestro tribunal interior nota que no hemos sabido asimilar estas substancias, y éstas reaparecerán de una manera u otra, bajo la forma de molestias psíquicas o incluso físicas.
Los alimentos nocivos que se dejan entrar corren el riesgo de no volver a salir; hay pues que vigilar que no penetren. Pero como esto no siempre se logra, si sucede que les hemos abierto una vía en nosotros, debemos esforzarnos para transformarlos para volverlos digeribles y asimilables."