"Cuando vais a la montaña, miráis los bosques, las fuentes, los lagos, las cimas... Pero en la montaña también hay grutas, ríos subterráneos y cavernas profundas; pensad en ello alguna vez, así como en sus habitantes, para mantener con ellos relaciones de amistad.
Las montañas no son solamente amontonamientos de tierra y de rocas, sino que son también los receptáculos de inmensos tesoros: cristales y piedras preciosas, sobre los que velan y trabajan poderosas entidades. No os digo esto para que os aventuréis en las grutas, armados de picos y palas, para cavar galerías con la esperanza de encontrar filones de oro o de plata. No, estad atentos al lado simbólico, vivo, de las montañas, bien para escalarlas, o bien para profundizar en vosotros mismos y descubrir tesoros espirituales."