Somos energía. En realidad, no somos más que un conjunto de ondas electromagnéticas con una determinada frecuencia y vibración que nos confieren la cualidad de ser espíritu y materia manifestándose.
Siendo energía vivimos inmersos en un universo que es en sí mismo también energía en diferentes grados de manifestación.Energía que interactúa e interacciona con energía que se mezcla y se entremezcla.
También nuestros pensamientos y nuestras emociones son energía.
Al pensar en energías negativas nos viene a la cabeza la idea de entidades malignas dañinas, algo malo que nos ataca y se torna contra nosotros y a lo que generalmente le conferimos un origen externo.
Debemos tener cuidado al hacer esta consideración.
En primer lugar, es cierto que se produce un intercambio de energías con las personas con las que interactuamos a lo largo del día y que nuestros cuerpos energéticos captan y que en ocasiones sentimos como malestar o sensaciones extrañas de nerviosismo y/o angustia de las que nos es difícil deshacernos y que pueden llegar a generar bloqueos en nuestros vehículos energéticos.
En segundo lugar debemos ser consientes de que muchas de esas llamadas energías negativas las generamos nosotros mismos con nuestros pensamientos y emociones no del todo saludables. Cada pensamiento es en sí mismo una entidad que se crea en el acto mismo de pensar y que será de mayor o menor calidad cuanto más claro sea este pensamiento. Así cuanto más claro es un pensamiento mejor se define esa forma o entidad, mientras que pensamientos confusos dan origen a formas de pensamiento vagas. El hecho de que estas entidades o formas de pensamiento sean positivas o negativas dependerá de los pensamientos o emociones de la persona. Ira, miedo o vibraciones de bajo nivel crearan entidades de pensamiento negativas mientras que el amor la alegría o la compasión las crearán positivas. Estas formas de pensamiento son irradiadas a nuestro entorno a la vez que nos invaden a nosotros mismos. Este campo de radiación abarca la calidad de los pensamientos y las emociones.
En tercer lugar debemos tomar también en consideración que hay personas que actúan como dadoras de energía mientras que otras lo hacen de la manera contraria absorbiendo energía de los demás, son los llamados vampiros energéticos y en la mayoría de los casos se trata de individuos que funcionan de esta manera de forma inconsciente sin ningún afán de dañar a los demás. Necesitan esa energía para vivir y la cogen sin más.
Por último existen también manifestaciones de energía de una calidad diferente como pueden ser cuerpos residuales, entidades desencarnadas o proyecciones de pensamiento con intenciones no del todo positivas que son enviadas contra otros individuos con el fin de manipularlos o dañarlos.
Cualquiera que sea la forma y el origen de estas energías debemos tener en cuenta que pueden afectarnos a nivel individual o grupal así como afectar y modificar la energía de nuestros hogares y ambientes de trabajo o relación.
Distintos tipos de energías o entidades negativas:
Estos pensamientos no siempre son de naturaleza intencional, en algunos casos proviene de críticas o pensamientos de desvalorización sobre otras personas generando como consecuencia falta de confianza e inseguridad en quien las recibe y debilitan su campo energético provocando bloqueos y fugas de engría. En muchos caso estos pensamientos negativos proviene de personas que nos aman y no pretenden conscientemente hacernos daño alguno.
En este caso se trata la mayoría de las veces de impregnaciones de energía de cualidad negativa en ambientes o espacios impregnados de energía estresante o agresiva y que afectan directamente a las personas que se encuentran en estos lugares en mayor o menor grado dependiendo de su sensibilidad.
También los lugares públicos muy frecuentados se cargan de energías diversas de todo tipo.
Seres o entidades de bajo nivel:
Al igual que existen los gérmenes existen también entidades de bajo nivel que son en realidad parásitos energéticos dañinos para nosotros. Debemos tener en cuenta que algunas formas de magia pueden utilizar estas entidades para perjudicar a otras personas.
La mayoría de los ataques psíquicos proceden de la gente común y no suelen ser intencionales ni maliciosos, no obstante son molestos y pueden perjudicarnos seriamente. Por ejemplo el hecho de tener un mal día puede hacernos tener un ataque de ira o furia y eso perjudica a nosotros y a nuestro entorno cuando en realidad no existe esta intención de manera predeterminada.
Otro tipo de ataques son las programaciones negativas o formas de pensamiento que se han instalado en las personas creando patrones de comportamiento negativos y cuyo origen puede ser intencional o no y son proyectados en la mayoría de los casos por el comportamiento y las actitudes de otras personas.
Las maldiciones son ya un tipo e ataque intencionadamente dañino y perjudicial que en su origen puede ser lanzado de manera inconsciente pero cuya carga negativa es muy fuerte y manifiesta.
Existen también formas de dominación mental empleadas por personas especializadas en magias
Y debemos tener presente la posibilidad de que un individuo arrastre un Karma negativo.
Si tenemos en cuenta que estas energías afectan a nuestros cuerpos energéticos y se instalan en los chakras provocando bloqueos que pueden repercutir en nuestro estado de salud física psíquica o emocional la manera más lógica de protegernos consiste en cerrar el aura.
Esto es algo que la mayoría de las veces hacemos de manera inconsciente al realizar gestos tan comunes como cruzar los brazos o las piernas. Estos simples gestos reducen el tamaño del aura y la hacen más densa. No es necesario poner ninguna intención o pensamiento al realizar estos gestos, el cierre se produce de manera espontanea y dura el tiempo en que mantengamos la postura. Debemos tener en cuenta no realizarla delante de personas que puedan interpretarla como una actitud desafiante y acarrearnos problemas de otro tipo. En estos casos es preferible cruzar las piernas y colocar las manos sobre las mismas, aunque este gesto protege solo la parte inferior del aura.
Mantener la calma en situaciones de estrés o conflicto mantiene también el aura más cerrada a los ataques del exterior.
Bendición: El hecho de bendecir con amor y deseando lo mejor para los demás es por si mismo un potente protector. Bendecir con paz a una persona irritada nos protege de su ira. Bendecir desde el corazón, con amor y con la intención de que la persona negativa transmute en calma y paz.
Transmutación : se trata de concentrarse en el corazón y en el chakra corona y bendecir con amor y paz al hacerlo proyectamos energía dorada y rosa que a la vez que nos protegen transmutan las energías negativas en positivas.
Una forma fácil y divertida de reforzar el aura es practicar ejercicio físico.
Se puede reforzar el aura conectando la lengua contra el paladar y cerrando las manos una con otra. Al tocar elpaladar con la lengua se completa el circuito de los meridianos anterior y posterior y aumenta el nivel de energía pranica en el cuerpo. Al cerrar las manos se evita que la energía escape por esta.
Otra forma de limpiar el campo energético de manera práctica y eficaz, consiste en visualizar un tubo de luz blanca y colocarnos en su interior luego pedir que desciendan los arcángeles Miguel y Uriel y que se lleven y limpien cualquier adherencia que podamos tener en nuestros cuerpos energéticos para su transmutación en la luz blanca de Dios.
AUTOR: Maite Barnet, redactora de la gran familia de hermandadblanca.org
26 de Agosto del 2015