Amados Hijos del que Todo lo ES, seres
divinos ¡radiantes de Luz! les saludo, Yo Soy Miguel Arcángel ¿Quién
como Dios? Vengo desde mi más grande amor como todas las semanas a
entregarles el mensaje para la reflexión, y siento con gran alegría que
ya son muchos quienes lo esperan llenos de amor y expectativas. Les
bendigo.
Esta semana trabajaremos: La Luz. Sí, la
Luz interior de cada uno. Pare ello deben comenzar por reconocerse como
los seres de Luz que son, sus cuerpos físicos son densos y por eso
pueden tocarlos, al igual que las cosas que tienen alrededor. Mientras
que sus cuerpos espirituales, lo más elevado del Ser de cada uno, sus
vidas etéricas, son energía, son Luz, son intangibles, pero de una
potencia y una fuerza energética tan inmensa y tan pura como ustedes lo
deseen.
Mis amados son muchos los caminos que
llevan a la iluminación de la conciencia, no importa cuál elijan siempre
y cuando esté en resonancia con sus corazones. A veces se preguntan si
es correcta una corriente u otra, hoy les digo: la correcta es la que
resuene, la que entregue el amor incondicional a través del servicio, la
más altruista, esa es la correcta; la que hace latir fuertemente sus
corazones, la que los mantiene conectados a la Fuente del Creador
Padre/Madre, la que expande, aumenta y multiplica su Luz Interior.
Una vez aclarado esto, continúo con el
tema que nos ocupa hoy. Les hablaba de la iluminación de la mente que
lleva a la del Espíritu, entonces hay que trabajarse, sé que a veces
somos insistentes con el punto del trabajo interior, pero es la única
manera de poder avanzar. No hay recetas instantáneas de ascensión, ni de
aumento de la Luz, únicamente esa: reconocer las debilidades, iluminar
la oscuridad interna de cada uno, conocerse, fundirse con su Maestro
Interno que son ustedes mismos.
Por eso mis amados les traigo un sencillo
ejercicio que sé que ya muchos lo hacen y ya cada quien podrá reportar
sus resultados. Cierren sus ojos, callen su mente, aquieten su
respiración y vayan anulando cualquier forma de pensamiento. Luego
realicen la conexión Tierra-Cielo con el tubo de Luz que va desde el
centro del corazón cristalino de la Madre Gaia, pasando por su centro
energético (su columna vertebral) y llévenlo hasta el infinito saliendo
de su coronilla. Cuando hayan visualizado este tubo, llénenlo de Luz
Blanca y sientan cómo ésta penetra a través de ustedes, plenando su
interior y vayan expandiendo esa luz que nace de sus corazones hasta que
sean unos focos de irradiación.
Así permanezcan cuanto deseen y aprendan a
reconocer su Luz Divina, ámense, reconózcanse como los seres de Luz que
son y sigan trabajando desde allí.
Por hoy es lo que traigo para ustedes, les amo y bendigo en el amor del Padre/Madre Dios.
¡Luz!¡Luz!¡Luz!¡Amor!¡Amor!¡Amor!
¿Quién como Dios?
Miguel Arcángel
¡Yo Soy!
Miguel Arcángel
¡Yo Soy!
Canalizadora: Solange Marín
Fecha: 17/8/2015
Lugar: Caracas, Venezuela.
Yo, Solange Marín, canalizadora de este
mensaje, doy libertad a todo el que desee divulgarlo de viva voz o por
escrito. Sólo pido sea citado el canalizador y respetado el texto
íntegramente. Si lo deseas y está en resonancia contigo por favor
difúndelo haciendo mención a compartiendoluzconsol.wordpress.com