Pensamiento del Sábado 30 de abril de 2016.
"Montañas y valles tienen sus correspondencias en la vida interior. Los valles, por los que fluyen los arroyos y los ríos, representan la fertilidad, es decir la abundancia, la generosidad, la bondad. Es en estos valles y no en las cimas de las montañas donde se encuentran las praderas, los jardines, los frutos, las flores, las ciudades y sus habitantes. En las altas cimas se encuentran las rocas, el hielo, la aridez.
¿Os sentís solitarios? Pues bien, no os quedéis en la cima donde vuestro intelecto, con su orgullo, su deseo de crítica os ha arrastrado. Descended al valle donde reina la abundancia, donde el corazón se manifiesta, donde fluyen las aguas del amor. El saber que habéis adquirido en las cimas gracias a vuestro intelecto, debe fundirse para formar arroyos, ríos y fertilizar los valles. Porque hay un tiempo para subir y un tiempo para descender: hay un tiempo para ascender a la montaña con el intelecto, y un tiempo para bajar al valle con el corazón."
"Montañas y valles tienen sus correspondencias en la vida interior. Los valles, por los que fluyen los arroyos y los ríos, representan la fertilidad, es decir la abundancia, la generosidad, la bondad. Es en estos valles y no en las cimas de las montañas donde se encuentran las praderas, los jardines, los frutos, las flores, las ciudades y sus habitantes. En las altas cimas se encuentran las rocas, el hielo, la aridez.
¿Os sentís solitarios? Pues bien, no os quedéis en la cima donde vuestro intelecto, con su orgullo, su deseo de crítica os ha arrastrado. Descended al valle donde reina la abundancia, donde el corazón se manifiesta, donde fluyen las aguas del amor. El saber que habéis adquirido en las cimas gracias a vuestro intelecto, debe fundirse para formar arroyos, ríos y fertilizar los valles. Porque hay un tiempo para subir y un tiempo para descender: hay un tiempo para ascender a la montaña con el intelecto, y un tiempo para bajar al valle con el corazón."