Pensamiento del jueves 28 de abril de 2016.
"La oración no es una simple reacción de personas ingenuas y crédulas las cuales, en el momento que están en apuros o apenadas, se dirigen al Señor imaginando que no tiene otra cosa que hacer que ir a socorrerles. La verdadera oración está fundada en una ciencia concerniente a la estructura del universo y los diferentes estados de la materia. Más allá de la tierra, del agua, del aire y del fuego, existen en el espacio regiones cada vez más sutiles, pobladas por entidades espirituales. Y del mismo modo que podemos sacar de la tierra, del agua, del aire y de la luz todo lo que necesitamos para nuestra vida física, en esas regiones también podemos extraer todo lo que necesitemos para nuestra vida psíquica.
El universo es una jerarquía: en la cima de esta jerarquía reina un Ser que es todo amor y que lo ha distribuido todo para que a ninguna criatura le falte nada. Ahora nos corresponde a nosotros alcanzar con el pensamiento esas regiones espirituales: en ellas captaremos todos los elementos que nuestro corazón y nuestra alma necesitan, y en los momentos de incertidumbre y de angustia, encontraremos en ellas un refugio."
"La oración no es una simple reacción de personas ingenuas y crédulas las cuales, en el momento que están en apuros o apenadas, se dirigen al Señor imaginando que no tiene otra cosa que hacer que ir a socorrerles. La verdadera oración está fundada en una ciencia concerniente a la estructura del universo y los diferentes estados de la materia. Más allá de la tierra, del agua, del aire y del fuego, existen en el espacio regiones cada vez más sutiles, pobladas por entidades espirituales. Y del mismo modo que podemos sacar de la tierra, del agua, del aire y de la luz todo lo que necesitamos para nuestra vida física, en esas regiones también podemos extraer todo lo que necesitemos para nuestra vida psíquica.
El universo es una jerarquía: en la cima de esta jerarquía reina un Ser que es todo amor y que lo ha distribuido todo para que a ninguna criatura le falte nada. Ahora nos corresponde a nosotros alcanzar con el pensamiento esas regiones espirituales: en ellas captaremos todos los elementos que nuestro corazón y nuestra alma necesitan, y en los momentos de incertidumbre y de angustia, encontraremos en ellas un refugio."