"Existe una analogía entre las habitaciones de los hombres y la estructura de su psiquismo. Pongamos el ejemplo de una habitación de una casa: está hecha de un techo (del que suspendemos las lámparas), de paredes (con las puertas y las ventanas) y del suelo. Pues bien, techo, paredes y suelo corresponden a los tres dominios del pensamiento, del sentimiento y de la acción.
La luz del pensamiento, es decir la sabiduría, la inteligencia, el conocimiento, viene de arriba, del techo. El sentimiento corresponde a las paredes, en donde están las puertas y las ventanas que permiten comunicarnos con el exterior. Para dar a estas paredes un aspecto más agradable, se cuelgan cuadros, espejos, y en las ventanas se ponen cortinas. Las ventanas, que tienen cristales, representan los ojos; por eso debemos limpiar a menudo los cristales, los ojos de nuestro corazón, para dejar entrar la luz. Finalmente, la acción es el suelo, sobre el que nos desplazamos para llevar a cabo nuestras diferentes actividades. Ahí tenéis una página del Libro de la naturaleza viviente, este libro que nunca terminaremos de estudiar. "