Pensamiento del lunes 8 de mayo de 2017.
"Para descubrir la presencia de Dios en nosotros, el mejor ejercicio que podemos hacer es intentar identificarnos con Él. Pero identificarse con el Señor, no consiste en creer que se ha conseguido elevarse hasta Él, y que desde allí arriba, se puede uno declarar omnisciente y todopoderoso. Aquél que hace este ejercicio de identificación, sólo debe pensar que se está dejando invadir por la inmensidad de Dios, que desaparece ante esta inmensidad y que se funde en ella.
Entre los humanos, a menudo es necesario reafirmarse, resistir e incluso oponerse para no desaparecer. Pero al desaparecer ante Dios, y mostrándonos humildes ante Él, nos reafirmamos, crecemos. En este campo también actúa la ley de la polarización: el grande y el pequeño se atraen: Dios, que es infinitamente grande, ama lo infinitamente pequeño. Si os volvéis pequeños, Dios os atrae hacia Él. Es la humildad la que nos permite fusionarnos verdaderamente con Él."
"Para descubrir la presencia de Dios en nosotros, el mejor ejercicio que podemos hacer es intentar identificarnos con Él. Pero identificarse con el Señor, no consiste en creer que se ha conseguido elevarse hasta Él, y que desde allí arriba, se puede uno declarar omnisciente y todopoderoso. Aquél que hace este ejercicio de identificación, sólo debe pensar que se está dejando invadir por la inmensidad de Dios, que desaparece ante esta inmensidad y que se funde en ella.
Entre los humanos, a menudo es necesario reafirmarse, resistir e incluso oponerse para no desaparecer. Pero al desaparecer ante Dios, y mostrándonos humildes ante Él, nos reafirmamos, crecemos. En este campo también actúa la ley de la polarización: el grande y el pequeño se atraen: Dios, que es infinitamente grande, ama lo infinitamente pequeño. Si os volvéis pequeños, Dios os atrae hacia Él. Es la humildad la que nos permite fusionarnos verdaderamente con Él."