Pensamiento del Sábado 4 de junio de 2016.
"Los humanos tienen un cierto aspecto físico que hace que se les reconozca como tales: ante ciertas formas físicas, uno no se puede equivocar. Pero interiormente, tienen la facultad de identificarse con todo lo que existe a su alrededor, y eso es lo que hacen más o menos inconscientemente a lo largo de todo el día: algo en ellos no cesa, por mimetismo, de identificarse con lo que tocan, lo que ven o lo que oyen. Deben pues estar atentos.
Cada día debemos detenernos algunos instantes para preguntarnos con quién o con qué nos estamos identificando. Tarde o temprano nos convertimos en los seres y en las cosas con los que nos identificamos. Y Jesús que dijo: «Yo soy la luz del mundo», dijo también: «Vosotros sois la luz del mundo.» Debemos pues identificarnos con la luz para convertirnos un día realmente, en pura luz."
"Los humanos tienen un cierto aspecto físico que hace que se les reconozca como tales: ante ciertas formas físicas, uno no se puede equivocar. Pero interiormente, tienen la facultad de identificarse con todo lo que existe a su alrededor, y eso es lo que hacen más o menos inconscientemente a lo largo de todo el día: algo en ellos no cesa, por mimetismo, de identificarse con lo que tocan, lo que ven o lo que oyen. Deben pues estar atentos.
Cada día debemos detenernos algunos instantes para preguntarnos con quién o con qué nos estamos identificando. Tarde o temprano nos convertimos en los seres y en las cosas con los que nos identificamos. Y Jesús que dijo: «Yo soy la luz del mundo», dijo también: «Vosotros sois la luz del mundo.» Debemos pues identificarnos con la luz para convertirnos un día realmente, en pura luz."