"Una persona muy modesta, muy sencilla y no muy instruida, puede, gracias a su búsqueda interior, aprender más sobre la vida que los más grandes sabios. Por eso los científicos debieran dar prueba de un poco más de discreción y modestia. El Creador no les ha dado el privilegio del conocimiento. Pueden dominar la materia, pero no dominarán la vida; porque la vida no se descubre con las conclusiones obtenidas de ciertos aparatos, microscopios o telescopios, sino en lo más profundo de uno mismo.
Incluso aquél que realiza investigaciones sobre las estrellas y los planetas puede tener una vida interior tan pobre como si nunca hubiese salido de su agujero. Es una cuestión de estado de conciencia. Entonces, ¿de qué sirve descubrir el universo si interiormente se permanece tan limitado como aquél que no ha salido de su pueblo? El astronauta en su nave recorre el espacio, pero el pastor que cuida su rebaño en la montaña en verano y que contempla el cielo estrellado en el silencio de la noche, quizá sabe más que el astronauta sobre la inmensidad."
Incluso aquél que realiza investigaciones sobre las estrellas y los planetas puede tener una vida interior tan pobre como si nunca hubiese salido de su agujero. Es una cuestión de estado de conciencia. Entonces, ¿de qué sirve descubrir el universo si interiormente se permanece tan limitado como aquél que no ha salido de su pueblo? El astronauta en su nave recorre el espacio, pero el pastor que cuida su rebaño en la montaña en verano y que contempla el cielo estrellado en el silencio de la noche, quizá sabe más que el astronauta sobre la inmensidad."