Pensamiento del jueves 14 de julio de 2016.
"Esa costumbre que tiene la mayoría de la gente de desahogarse con los demás cuando se sienten tristes o desgraciados, revela una gran debilidad. ¡Cuántos de ellos, a la menor preocupación, a la menor contrariedad, corren a casa de sus padres, sus amigos, sus vecinos… o bien cogen el teléfono para contar sus desgracias! Y he aquí que enseguida una veintena de personas se encuentran envenenadas… ¿Es que se han preguntado alguna vez si los demás están ahí para recibir sus cargas, o incluso si son capaces de soportarlas? Si quieren progresar verdaderamente, deben abandonar esta costumbre y encontrar la manera de no sobrecargar más a su entorno.
Cuando tengáis preocupaciones, disgustos, buscad cómo neutralizar estos estados. Preguntaros: «Veamos, ¿qué puedo hacer para conseguir ser más resistente, más dueño de mí mismo, comportarme como un verdadero hijo de Dios con quien el Cielo pueda contar para su trabajo?» Si no queréis hacer esfuerzos, si preferís seguir siendo débiles, pues bien, ¡guardad vuestras viejas prácticas con las consecuencias subsiguientes! Pero sabed que en una Enseñanza iniciática se os indica el camino para que os volváis fuertes, luminosos, y también capaces de ayudar a los demás."
"Esa costumbre que tiene la mayoría de la gente de desahogarse con los demás cuando se sienten tristes o desgraciados, revela una gran debilidad. ¡Cuántos de ellos, a la menor preocupación, a la menor contrariedad, corren a casa de sus padres, sus amigos, sus vecinos… o bien cogen el teléfono para contar sus desgracias! Y he aquí que enseguida una veintena de personas se encuentran envenenadas… ¿Es que se han preguntado alguna vez si los demás están ahí para recibir sus cargas, o incluso si son capaces de soportarlas? Si quieren progresar verdaderamente, deben abandonar esta costumbre y encontrar la manera de no sobrecargar más a su entorno.
Cuando tengáis preocupaciones, disgustos, buscad cómo neutralizar estos estados. Preguntaros: «Veamos, ¿qué puedo hacer para conseguir ser más resistente, más dueño de mí mismo, comportarme como un verdadero hijo de Dios con quien el Cielo pueda contar para su trabajo?» Si no queréis hacer esfuerzos, si preferís seguir siendo débiles, pues bien, ¡guardad vuestras viejas prácticas con las consecuencias subsiguientes! Pero sabed que en una Enseñanza iniciática se os indica el camino para que os volváis fuertes, luminosos, y también capaces de ayudar a los demás."