Habla simplemente cuando sea
necesario. Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca. Sé breve y preciso
ya que cada vez que dejas salir una palabra, dejas salir al mismo tiempo una
parte de tu chi.
De esta manera aprenderás a
desarrollar el arte de hablar sin perder energía.
Nunca hagas promesas que no
puedas cumplir.
No te quejes y no utilices en
tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas porque se producirá
alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi.
Si no tienes nada bueno,
verdadero y útil qué decir, es mejor quedarse callado y no decir nada.
Aprende a ser como un espejo:
Escucha y refleja la energía.
El universo mismo es el mejor
ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado, porque el universo acepta
sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras,
nuestras acciones y nos envía el reflejo de nuestra propia energía bajo la
forma de las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida.
Si te identificas con el éxito,
tendrás éxito.
Si te identificas con el
fracaso, tendrás fracasos.
Así podemos observar que las
circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del
contenido de nuestra habladuría interna.
Aprende a ser como el universo,
escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios.
Porque siendo como un espejo
sin emociones aprendemos a hablar de otra manera.
Con el poder mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permite una comunicación sincera y fluida.
Con el poder mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permite una comunicación sincera y fluida.
No te dés mucha importancia, y
sé humilde, pues cuanto más te muestras superior, inteligente y prepotente, más
te vuelves prisionero de tu propia imagen y vives en un mundo de tensión e
ilusiones.
Sé discreto, preserva tu vida
íntima, de esta manera te liberas de la opinión de los otros y llevarás una
vida tranquila volviéndote invisible, misterioso, indefinible, insondable como
el Tao.
No compitas con los demás,
vuélvete como la tierra que nos nutre, que nos da lo que necesitamos.
Ayuda a los otros a percibir
sus cualidades, a percibir sus virtudes, a brillar.
El espíritu competitivo hace
que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente.
Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.
Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.
No te comprometas fácilmente.
Si actúas de manera precipitada sin tomar conciencia profunda de la situación,
te vas a crear complicaciones.
La gente no tiene confianza en
aquellos que muy fácilmente dicen “sí”, porque saben que ese famoso “sí” no es
sólido y le falta valor.
Toma un momento de silencio
interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después.
Así desarrollarás la confianza
en ti mismo y la sabiduría.
Si realmente hay algo que no
sabes, o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo.
El hecho de no saber es muy
incómodo para el ego porque le gusta saber todo, siempre tener razón y siempre
dar su opinión muy personal.
En realidad el ego no sabe
nada, simplemente hace creer que sabe.
Evita el hecho de juzgar y de
criticar, el Tao es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una
compasión infinita y no conoce la dualidad.
Cada vez que juzgas a alguien
lo único que haces es expresar tu opinión muy personal y es una pérdida de
energía, es puro ruido.
Juzgar es una manera de
esconder sus propias debilidades.
El sabio tolera todo y no dirá
ni una palabra.
Recuerda que todo lo que te
molesta de los otros es una proyección de todo lo que todavía no has resulto de
ti mismo.
Deja que cada quien resuelva
sus propios problemas y concentra tu energía en tu propia vida.
Ocúpate de ti mismo, no te defiendas.
Ocúpate de ti mismo, no te defiendas.
Cuando tratas de defenderte en
realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le
das más fuerza a su agresión.
Si aceptas el no defenderte
estás mostrando que las opiniones de los demás no te afectan, que son
simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz.
Tu silencio interno te vuelve
impasible.
Haz regularmente un ayuno de la
palabra para volver a educar al ego que tiene la mala costumbre de hablar todo
el tiempo.
Practica el arte de no hablar.
Toma un día a la semana para abstenerte de hablar. O por lo menos algunas horas
en el día según lo permita tu organización personal.
Este es un ejercicio excelente
para conocer y aprender el universo del Tao ilimitado en lugar de tratar de
explicar con las palabras qué es el Tao.
Progresivamente desarrollarás
el arte de hablar sin hablar y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu
personalidad artificial, dejando aparecer la luz de tu corazón y el poder de la
sabiduría del silencio.
Gracias a esta fuerza atraerás
hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente.
Pero hay que tener cuidado de
que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo
y en silencio.
Si tu ego se impone y abusa de
este poder el mismo poder se convertirá en un veneno, y todo tu ser se
envenenará rápidamente.
Quédate en silencio, cultiva tu
propio poder interno.
Respeta la vida de los demás y
de todo lo que existe en el mundo.
No trates de forzar, manipular
y controlar a los otros.
Conviértete en tu propio
maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser.
Dicho en otras palabras, vive
siguiendo la vida sagrada del Tao.
Fuente:
Texto Taoísta
visioninvestigativa.blogspot.com
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31 de Julio del 2016