Pensamiento del domingo 3 de julio de 2016.
"Las abejas extraen el néctar de las flores, ese líquido azucarado del que enseguida hacen un alimento delicioso, la miel. Simbólicamente, este es el trabajo del Iniciado. Del mismo modo que la abeja extrae el néctar de las flores sin dañarlas, el Iniciado sólo se aproxima a los seres humanos para recoger sus quintaesencias más espirituales, y gracias a sus conocimientos alquímicos prepara en su corazón, en su alma, un alimento de un gusto y perfume delicioso.
La abeja es pues uno de los símbolos del Iniciado. En cada alma humana, incluso en las de los seres más desheredados o decaídos, siempre consigue encontrar una quintaesencia divina. Y es con todas estas quintaesencias que produce una miel con la que las entidades celestiales también se deleitan."
"Las abejas extraen el néctar de las flores, ese líquido azucarado del que enseguida hacen un alimento delicioso, la miel. Simbólicamente, este es el trabajo del Iniciado. Del mismo modo que la abeja extrae el néctar de las flores sin dañarlas, el Iniciado sólo se aproxima a los seres humanos para recoger sus quintaesencias más espirituales, y gracias a sus conocimientos alquímicos prepara en su corazón, en su alma, un alimento de un gusto y perfume delicioso.
La abeja es pues uno de los símbolos del Iniciado. En cada alma humana, incluso en las de los seres más desheredados o decaídos, siempre consigue encontrar una quintaesencia divina. Y es con todas estas quintaesencias que produce una miel con la que las entidades celestiales también se deleitan."