Pensamiento del Sábado 23 de julio de 2016.
"¿Por qué tantas personas sufren desequilibrios psíquicos? Porque han desarrollado en ellas el lado femenino que es pasivo, receptivo. Se abren sin discernimiento a todas las influencias, y después de un cierto tiempo, no saben dónde se encuentran. A partir de ahora, es preciso que se analicen, que estudien los efectos sobre su vida interior, las influencias que han recibido: deben conservar sólo las que se revelan benéficas y rechazar las demás. Dicho de otro modo, deben desarrollar el principio masculino que también poseen en ellas.
Desarrollar el principio masculino, es lo que deberían particularmente aprender las personas dotadas de facultades mediúmnicas, facultades que son específicamente femeninas en la medida que suponen la receptividad. La bola de cristal que ciertos clarividentes utilizan como soporte, es el equivalente al principio femenino en la naturaleza: el agua. El médium es receptivo a los espíritus y a las corrientes del mundo invisible. Pero estos espíritus y estas corrientes no son todas luminosas, puras, benéficas y es pues importante que las personas psíquicamente sensibles aprendan no solamente a discernirlas, sino también a desarrollar su voluntad, principio masculino, para poder rechazar los espíritus y las corrientes tenebrosas."
"¿Por qué tantas personas sufren desequilibrios psíquicos? Porque han desarrollado en ellas el lado femenino que es pasivo, receptivo. Se abren sin discernimiento a todas las influencias, y después de un cierto tiempo, no saben dónde se encuentran. A partir de ahora, es preciso que se analicen, que estudien los efectos sobre su vida interior, las influencias que han recibido: deben conservar sólo las que se revelan benéficas y rechazar las demás. Dicho de otro modo, deben desarrollar el principio masculino que también poseen en ellas.
Desarrollar el principio masculino, es lo que deberían particularmente aprender las personas dotadas de facultades mediúmnicas, facultades que son específicamente femeninas en la medida que suponen la receptividad. La bola de cristal que ciertos clarividentes utilizan como soporte, es el equivalente al principio femenino en la naturaleza: el agua. El médium es receptivo a los espíritus y a las corrientes del mundo invisible. Pero estos espíritus y estas corrientes no son todas luminosas, puras, benéficas y es pues importante que las personas psíquicamente sensibles aprendan no solamente a discernirlas, sino también a desarrollar su voluntad, principio masculino, para poder rechazar los espíritus y las corrientes tenebrosas."