"Todo nuestro ser es como una copa que debemos lavar, purificar con el fin de recibir los alimentos divinos, el néctar y la ambrosía. Escuchamos a personas quejarse de que desde hace mucho tiempo tienden su copa al Señor para que la llene con sus bendiciones y que están sorprendidas de no recibir nada, su copa permanece vacía. Pero ¿qué se creen? ¿qué significa que el Señor puede verter en una copa que no ha sido lavada?
El Señor, que es muy sabio, sabe que si vertiera su vida, su luz en seres que no se han purificado, sería inútil, e incluso perjudicial: la mezcla que se produciría entonces sería indigesta, tóxica y su organismo psíquico no lo soportaría. Para su seguridad, es mejor que su copa permanezca vacía en tanto no se hayan lavado."
Fuente:
http://www.prosveta.com
17 diciembre 2019