Pensamiento del miércoles 11 de diciembre de 2019.
"Aunque no sean conscientes, todos los humanos vienen a la tierra con las impresiones de lo que han vivido en las regiones celestiales cerca de Dios. Esta vida está grabada en ellos como una memoria imborrable y, es por ello que, en ocasiones padecen nostalgia. Algunas veces un encuentro, un rostro, una lectura, un paisaje, una imagen, una música despierta en ellos un recuerdo lejano. Viven de nuevo algunos instantes del Paraíso, se sienten habitados por la paz y la luz. Desgraciadamente, eso no dura y, cuando deben retomar sus actividades cotidianas, no piensan que podrían hacer algo para retener esos estados, incluso se olvidan.
"Aunque no sean conscientes, todos los humanos vienen a la tierra con las impresiones de lo que han vivido en las regiones celestiales cerca de Dios. Esta vida está grabada en ellos como una memoria imborrable y, es por ello que, en ocasiones padecen nostalgia. Algunas veces un encuentro, un rostro, una lectura, un paisaje, una imagen, una música despierta en ellos un recuerdo lejano. Viven de nuevo algunos instantes del Paraíso, se sienten habitados por la paz y la luz. Desgraciadamente, eso no dura y, cuando deben retomar sus actividades cotidianas, no piensan que podrían hacer algo para retener esos estados, incluso se olvidan.
Lejos de Dios, lejos del sol espiritual, el hombre pierde poco a poco todas las posibilidades de vivir y de manifestarse en la alegría, el amor, la libertad. Podría perfectamente llevar su existencia terrenal y cumplir sus obligaciones manteniendo el vínculo con Él. Pero esto supone evidentemente mucha vigilancia y que, cuando sienta que se aleja, trabajar duro para retomar el camino de regreso."
Fuente:
http://www.prosveta.com
11 diciembre 2019