Pensamiento del domingo 10 de diciembre de 2017.
"Solo, entregado a sí mismo, el ser humano no puede evolucionar: necesita recibir impulsos del mundo exterior, de la naturaleza, de los acontecimientos y sobre todo de los otros seres humanos. Necesita ver, oír, relacionarse e incluso recibir golpes y sufrir. Si no se le despierta y sacude, no hará nada.
Y lo que es verdadero en el plano físico y psíquico, lo es también de un modo más sutil en el plano espiritual. Por esto son tan necesarios los grandes Maestros: gracias a su vida pura, gracias a sus emanaciones, gracias a sus sentimientos y a sus pensamientos de amor y sabiduría, estos seres consiguen remover algo en nosotros. Y si no siempre lo consiguen, no es porque sean incapaces o débiles, sino porque nos hemos dejado sepultar por demasiadas capas de materiales opacos y pesados. Es por tanto todo un trabajo interior el que debemos hacer para dejarnos penetrar por su fuerza y por su luz."
Fuente:
http://www.prosveta.com
"Solo, entregado a sí mismo, el ser humano no puede evolucionar: necesita recibir impulsos del mundo exterior, de la naturaleza, de los acontecimientos y sobre todo de los otros seres humanos. Necesita ver, oír, relacionarse e incluso recibir golpes y sufrir. Si no se le despierta y sacude, no hará nada.
Y lo que es verdadero en el plano físico y psíquico, lo es también de un modo más sutil en el plano espiritual. Por esto son tan necesarios los grandes Maestros: gracias a su vida pura, gracias a sus emanaciones, gracias a sus sentimientos y a sus pensamientos de amor y sabiduría, estos seres consiguen remover algo en nosotros. Y si no siempre lo consiguen, no es porque sean incapaces o débiles, sino porque nos hemos dejado sepultar por demasiadas capas de materiales opacos y pesados. Es por tanto todo un trabajo interior el que debemos hacer para dejarnos penetrar por su fuerza y por su luz."
Fuente:
http://www.prosveta.com