Pensamiento del viernes 9 de septiembre de 2016.
"Comulgar es poder entrar en contacto con todas las criaturas y todas las fuerzas que animan las piedras, las plantas, las montañas, las fuentes, el sol, las estrellas.
Cuando, en recuerdo de la Cena, la última comida que Jesús tomó con sus discípulos, los cristianos reciben el pan y el vino, llaman a esto «la santa comunión». Pero recibir el pan y el vino, o recibir la hostia, no basta para comulgar verdaderamente. Comulgar, es ser capaz de entrar, mediante el amor y la sabiduría en relación con la vida divina en el universo. El día en que demos a la comunión su verdadera dimensión, una dimensión cósmica, podremos decir que comemos la carne de Cristo y bebemos su sangre. En todas las regiones de nuestro ser, sentiremos circular corrientes de energías abundantes y puras, y sabremos que ésto es la vida eterna que no tiene ni principio ni fin."
"Comulgar es poder entrar en contacto con todas las criaturas y todas las fuerzas que animan las piedras, las plantas, las montañas, las fuentes, el sol, las estrellas.
Cuando, en recuerdo de la Cena, la última comida que Jesús tomó con sus discípulos, los cristianos reciben el pan y el vino, llaman a esto «la santa comunión». Pero recibir el pan y el vino, o recibir la hostia, no basta para comulgar verdaderamente. Comulgar, es ser capaz de entrar, mediante el amor y la sabiduría en relación con la vida divina en el universo. El día en que demos a la comunión su verdadera dimensión, una dimensión cósmica, podremos decir que comemos la carne de Cristo y bebemos su sangre. En todas las regiones de nuestro ser, sentiremos circular corrientes de energías abundantes y puras, y sabremos que ésto es la vida eterna que no tiene ni principio ni fin."