Sería fantástico si pudiéramos borrar el pasado y
empezar de nuevo, sin rastro alguno de tristeza y sin ciertos recuerdos. Pero
sabemos que la vida no funciona así. Incluso cuando hemos gestionado algo de
forma concluyente, el pasado vuelve a surgir cuando menos lo esperamos. ¿Por
qué sucede esto? Porque el pasado sirve a un propósito útil en el presente y
necesitamos esa información para tomar decisiones, a menos que queramos seguir
repitiendo el pasado. Sin las lecciones del pasado, no sabríamos cuál es el
mejor camino que podemos elegir hoy.
Cuando nos encontramos en un espacio de transición
o en una encrucijada el pasado se vuelve nuestro mejor amigo, porque suele
recordarnos lo que ya no queremos en el presente. Aunque tengamos la sensación
de que esos remanentes del pasado aparecen para recordarnos en qué nos
equivocamos, o las malas decisiones que tomamos, entonces nos parecían las
mejores opciones disponibles. Solo después de haber vivido con ellas, ya al
final de su “camino energético”, sabemos que hoy elegiríamos opciones muy
diferentes. En lugar de considerarlo un fracaso, podemos verlo como un
recordatorio del camino que fue mejor en aquel momento, conscientes de que
ahora podemos buscar otras opciones.
Si juzgamos nuestro pasado como un gran fracaso
porque no somos felices ni ricos, ni tampoco tenemos éxito, entonces no estamos
utilizando la información que tiene para nosotros de manera efectiva. Debemos
considerar la frecuencia energética de nuestras elecciones, nuestra propia
vibración, nuestro miedo y lo claros y confiados que estábamos entonces.
También debemos tener en cuenta las expectativas que teníamos respecto a los
resultados que esperábamos, qué estábamos dispuestos a tolerar o con qué
pensábamos que podíamos conformarnos. Porque así fue como tomamos la decisión
final en cada una de nuestras elecciones pasadas. Y podemos considerar nuestra
intuición (nuestro sistema de orientación interior, el nexo entre nuestra
voluntad, la Voluntad Divina y el Espíritu) como el puente que nos ayudará a
trazar un rumbo hacia una vida más plena y dichosa de la que tuvimos hasta
ahora.
A nivel energético, el pasado nos proporciona la
referencia de la frecuencia energética del presente. Es el punto al que no
queremos “ regresar”, cuando no deseamos repetir lo que ya experimentamos. Sin
embargo, nuestro pasado es un fabuloso punto de partida para lo que deseamos
crear en el presente, y también nos recuerda aquello que deseamos cambiar.
Piensen en algo que “nunca querrían volver a hacer”. Por decirlo así, esa toma
de conciencia marca en la arena una línea energética que no desean volver a
cruzar repitiendo esa experiencia.
También debemos tener en cuenta nuestra intuición
y cómo lo utilizamos en el pasado.
Ella es nuestro sistema de orientación interno, la
pequeña voz que solemos pasar por alto cuando dice: “No, no hagas eso”, o
“Seguramente esa no es la mejor elección”.
¿Alguna vez intentaron tomar una decisión y todas
las puertas se les cerraban?
¿Suponía un gran esfuerzo continuar adelante?¿Qué
pensaron después de los resultados? Ese es un ejemplo de cómo actúa nuestra
intuición cuando intenta orientar nuestras elecciones hacia una solución más
positiva. Pero, si no la escuchamos, los resultados serán muy diferentes de lo
que podrían haber sido.
Cuando escuchamos nuestra intuición nos embarcamos
en nuestra conexión espiritual más poderosa y nos expandimos para alcanzar
nuevos potenciales en nuestra vida. Por el contrario, si no confiamos en
nosotros mismos, si juzgamos nuestras habilidades (y nuestros resultados del
pasado) y si limitamos nuestra expansión, entonces, en lugar de ser una
amistosa guía de confianza, nuestra intuición se convierte en una voz molesta
que intenta evitar que hagamos lo que queremos. Es algo que debemos considerar
honestamente cuando volvemos la vista atrás. ¿Ignoramos entonces nuestra
intuición e hicimos algo diferente de lo que nos aconsejaba?¿Estábamos tan
concentrados en nuestro propio objetivo que ignoramos todas las demás
posibilidades?
También podemos invitar a nuestra intuición a que
nos ayude a evaluar nuestras opciones en el presente y encontrar nuevos caminos
potenciales, evitando así repetir un pasado que no queremos volver a vivir.
Si combinamos los resultados del pasado, el
potencial de futuro y nuestra intuición (como nuestra guía que nos orienta
hacia las mejores y más elevadas soluciones), obtenemos una fórmula para la
manifestación que nos ayudará a tomar decisiones más poderosas. Por tanto, en
lugar de lamentar el pasado, podemos ponerlo a trabajar para nosotros como
marcador de lo que deseamos evitar en el presente. Y eso nos permitirá
establecer la vibración energética para nuestras próximas elecciones, de manera
que el pasado no vuelva a repetirse en el ahora.
Jennifer Hoffman
Por Jennifer Hoffman
15 de Agosto 2016
Traducción: Rosa García
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