Esta pregunta se la hacen y la hacen muchísimas
personas, sobre si es verdad o no es verdad.
La
pregunta principal es: ¿Cómo sabemos que es la Verdad?
Por
la Ley del Ritmo. Porque está en evidencia en toda la Creación en contorno.
Desde la luz del día que se oculta, se muere rítmicamente después de un ciclo
de doce horas y vuelve a nacer después de un ciclo de doce horas, debido al
círculo que describe la Tierra al girar sobre sí misma.
Los
árboles se despojan de todas sus hojas todos los años rítmicamente y vuelven a
nacer las hojas rítmicamente.
Las
estaciones del año, se van en su mes y nacen en su mes, rítmicamente.
Las
cosechas dan sus frutos en la Primavera que es conocida notoriamente como
el renacer de todo, y mueren en el Invierno que es conocido notoriamente
como el momento anual en que todo se duerme, desaparece, involuciona,
preparándose para el renacimiento, rítmicamente, en la próxima Primavera. El
año muere y se repite la historia, se apaga y se repite. La Ley del Ritmo que
acabamos de mostrarte tan incontrovertiblemente, es un Principio; que los
Principios no cambian y que los Siete Principios funcionan siempre al mismo
tiempo en todo, porque son parte de aquello que llamamos Dios, y no pueden
actuar separadamente como el hidrógeno y el oxígeno que actúan conjuntamente y
si se separan ya no sería agua.
Tampoco
el hombre y todo lo que le atañe puede dejar de participar en una ley, porque
ellas actúan, repetimos, siempre en todo momento, en todo cuanto existe y
siempre juntas.
Y
el hombre no solamente reencarna vida tras vida sino que reencarna en él mismo
cada siete años, como ya se les ha dicho. El renueva todas las células de
su cuerpo cada siete años y su cuerpo entero se renueva, se reencarna
en otra numeración. Ese es su ritmo, como el ritmo de las estaciones es de cada
tres meses, el del día cada doce horas; el de la vida de los perros entre diez
y doce años; el de las hojas cada año, en Otoño para renacer en la Primavera.
Esa evidencia es la que dijo el Maestro Jesús:
“el
que tenga ojos para ver”.
El
motivo que ha dado la Iglesia para suprimir la enseñanza, es que si la
humanidad sabe la verdad, no se esforzaría en corregirse y superarse sabiendo
que siempre se le está ofreciendo una nueva oportunidad y que es mejor que crea
que no cuenta sino con una sola vida de setenta años máxima en que aprender a
portarse bien porque si no se va a cocinar en una paila eterna. Lo que la
Iglesia no realizó fue que con eso inventó el temor. El hombre le cogió terror
a la muerte y comenzó a emplear la Ley de la Fe al revés, en el polo negativo,
que es lo que se llama temor, atrayéndose todo lo que se teme como ya tú lo
sabes. ¿Qué ocurre? Lo mismo del lado allá que del lado acá, ese temor es un
concepto que sigue actuando y reproduce allá todos los horrores de lo que
llaman los católicos el purgatorio e infierno, además de una enorme serie de
errores diferentes.
La
realización de que la reencarnación es verdad, quita el temor a la muerte.
Quita el temor al infierno y se pasa del planeta Tierra al plano astral
suavemente y sin aspavientos, como si se continuara viviendo aquí, y que sólo
se está visitando otras condiciones de vida, como otro país. Nada más. Es un
nuevo chance que el hombre recibe, y es la comprobación de la misericordia
divina y de que eso que llamamos Dios es una energía amorosa, bondadosa, justa,
inteligente, o sea, amor, bondad, justicia, e inteligencia en acción.
“Quien no ha experimentado de morir y nacer a la vida sin
interrupción siempre será un huésped sombrío sobre esta su triste tierra”.
El
poeta iniciado Goethe
Revista
Metafísica “El Nuevo Pensamiento”
Directora: CONNY MÉNDEZ
AÑO 1 – Nº5 – AGOSTO, 1970
Directora: CONNY MÉNDEZ
AÑO 1 – Nº5 – AGOSTO, 1970
https://compartiendoluzconsol.wordpress.com
26
de setiembre del 2016