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Si me equivoco y lo acepto, soy libre.

Entré en un lugar donde había asuntos para compartir y por razones que nada tenían que ver con lo que se hablaba allí dentro, me marché por sentirme incómodo. Ayer por la tarde saqué al perro y me hice el despistado tras ver que depositó sus excrementos en plena acera. Eludo a mi primo cada vez que tengo noticias de él aunque no sepa que me cae mal. Cada vez que me equivoco intento tapar los errores con excusas. Es probable que nos hayamos equivocado en algunos escritos por haber explicado cosas de determinada manera pudiendo haberse dicho de otra que hubiera llegado a más personas.


Sentimos que cada vez que nos equivocamos y lo podemos ver sin huidas, es cuando podemos cambiar lo que no funciona por algo más real (es por esto que no hay error), ya que sólo desde la aceptación podrás hacer el cambio. ¿Cómo cambiaría una situación si la niego? Hay montones de situaciones en la vida en que creemos salir ilesos de ciertos aconteceres por el simple hecho de negar la equivocación. Y es cierto que te sales o eludes el tema porque crees sentirte así mejor y probablemente así sea. No negamos que puedas sentirte mejor en situaciones que llamas extremas, si las evades, es un hecho que comprendemos sin más explicación. Lo que queremos que entiendas también, es que es un sentirte mejor tal vez muy cortito, o, demasiado temporal. Aportamos en este caso que cada vez más personas saben, que ese tipo de situaciones, se volverán a repetir las veces necesarias hasta que dejes de huir de ellas. Sentimos también que todo lo que no aceptes por sistema, volverá a ti las veces suficientes hasta cansarte.

Sentimos que al tener montado un sistema que defienda determinada forma de concebir o hacer las cosas, estás nadando contra corriente en el río de la Vida. Si la Vida tuviera uno sólo, un sólo sistema, ya no tendrías libre albedrío, tendrías otra cosa. Es por esto que se te pide que abandones todo sistema y lo cambies por libertad si quieres que dejen de pasar cosas que no deseas. Pero ojo, la verdadera libertad, si observas con gran atención, es incertidumbre de lo que viene en camino, porque la verdadera libertad no tiene forma de saber qué va a ocurrir a continuación. La verdadera libertad no está pendiente de lo que viene a continuación puesto que si fuese así, sería una falsa libertad. Y no puedes vivir en incertidumbre si aún no eres libre de todos los sistemas, apegos o encarcelamientos que creaste. Luego entonces, el admitir cada uno sus propias equivocaciones (hacia adentro), abre el camino hacia la libertad (hacia afuera) de aceptar lo que dices no desear y corresponde a tu propio proceso.

Dijimos más arriba que cada vez que nos equivocamos y lo podemos ver sin huidas, es cuando podemos cambiar lo que no funciona por algo más real y, tras haberlo explicado, ahora añadimos que así te acercas a fluir. Y fluir es estar en la vida. Cuando fluyes no hay resistencias por tu parte. Y cuando no hay resistencias, aparecen otras formas de vivencias más sanas, van emergiendo estados más lúcidos y te vas separando del mundo ilusorio. En definitiva todo se renueva y con este renovar de cosas vamos a intentar hablar de la forma más objetiva posible de la que dispongamos.

Como resultado, la felicidad interna es la que toma el protagonismo, pero por ahora aparquemos este tema y hablemos de asuntos correspondientes al renovar que nos referíamos antes. Ocurren varias cosas a partir de querer decidir la aceptación antes mencionada. Si no le tienes miedo a lo que venga, o sea, si has decidido querer ver la otra cara de la moneda (la que siempre te perdiste de poderla ver), ejerces la influencia para que (y al mismo tiempo que fluyes haces que los sucesos fuera de ti se desarrollen sin obstáculos) todo cambie. O sea, si tú fluyes, lo demás fluye. Desde nuestra experiencia sabemos que funciona así. Desde la tuya, sólo puedes averiguarlo comprobándolo. Ojo, no lo comprobarás si intentas analizar, prever lo que vendrá a continuación, querer saber si estarás bien... porque todas estas cosas están basadas siempre en el miedo. Si de verdad no tienes miedo, nada te impide comprobarlo. Eso sí, estarás solo/a ante esta situación.

Pero si ya estás muy cansado/a de cómo iba tu forma de vivir, estarás preparado/a para este nuevo reto. Resultado: siempre hay un efecto tras encauzar. Si ya has comenzado este nuevo reto, estarás viendo o percibiendo nuevas puertas que se abren. Tu vida ya está ganando en calidad aunque en un principio te sientas extraño en el ¨nuevo traje¨. Irás más liviano, atraerás a tu vida cosas nuevas que antes no sucedían e intuirás que puedes llegar lo lejos que te propongas. No hay límites ya que la vida auténtica está al margen de todo límite. Las preguntas que siempre te intrigaron dejarán de ser importantes. Empiezas a verte más natural. Todo te cansará menos. Es probable que puedas comenzar a hacer tareas que antes te sonaban demasiado elaboradas para ti. La apatía se marchará extrañada. Notaras un gran cambio al ver como las luchas transmutan por paz para ti. Y verás por ti mismo/a que todo puede siempre ir a más si no te bajas del tren de tu propia vida.

NO HAY LÍMITES; NO HAY META FINAL


LA VERDAD por
Leticia R. Villaseñor & Javier G. Delgado



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