"Todos los seres humanos sienten confusamente que existe en alguna parte un lugar que les está destinado, y hasta que no lo hayan encontrado, se sienten inquietos, insatisfechos, desgraciados... Diréis: «¿Un lugar?... ¿De qué lugar se trata?» Cuando se planta una semilla, ésta germina, crece y da frutos. Entonces dice: «¡He encontrado mi sitio!» Porque su verdadero lugar no era el granero en el que, junto a muchas otras semillas, se habría secado o corría peligro de ser devorada por los ratones y los gusanos. Su lugar estaba en la tierra.
¡Cuántos seres humanos son semejantes a semillas que esperan en un granero a que vengan a sembrarlas! No han encontrado su lugar, no están preparados para germinar. Sin embargo, todos son llamados a encontrar su sitio, y nadie puede quitarle a un alma humana el lugar que Dios le ha reservado para que pueda germinar en la tierra espiritual. "