"Los humanos buscan los poderes, la riqueza, los conocimientos, el amor... Pero en realidad, lo que deberían buscar es la vida. Diréis: «¿Y por qué nos dice que busquemos la vida? Ya la tenemos, estamos vivos. Es lo que no tenemos lo que debemos buscar.» Estáis vivos, es verdad, pero la vida no es idéntica en todos los seres, la vida tiene grados. No basta con vivir, tenemos que preguntarnos qué clase de vida vivimos.
Por su conformación física, el ser humano lleva, evidentemente, la vida de un humano, pero interiormente, su vida puede tomar formas y colores de una diversidad infinita: la de una piedra, una planta, un animal... o incluso la de un ángel, un arcángel o una divinidad... Cuando Jesús decía: «He venido para que tengan la vida y la tengan en abundancia», esta vida que quería aportar a todos los humanos, es la vida divina, esta corriente que brota pura y límpida de la Fuente original. "