"Cuando meditamos sobre los minerales, los cristales o las piedras preciosas para penetrar en el secreto de su estructura geométrica, nos acercamos a la verdadera ciencia, la ciencia de los principios. Y un día, podremos ir a visitar las entrañas de la tierra para ver cómo los espíritus de la naturaleza trabajan sobre el mundo mineral; visitaremos sus talleres en dónde miles de millones de entidades inteligentes se esfuerzan, todo lo que pueden, por reproducir la belleza y la perfección del Cielo.
En realidad, ningún mineral, por precioso que sea, llegará jamás a reflejar la belleza celeste, que es inigualable. El mundo de abajo está lejos de poder ser comparado con el mundo de arriba, pero al menos puede darnos algunas veces una imagen de él. Las piedras preciosas, todas las maravillas que nos ofrece la tierra, son otros tantos reflejos del mundo divino, que nos recuerdan la pureza, la transparencia, la claridad."