Pensamiento del jueves 12 de julio de 2018.
"Es una constatación que estamos obligados a hacer cada día: sea en los acontecimientos o en los comportamientos de los humanos, es muy difícil hacer la separación entre el bien y el mal, porque están estrechamente entrelazados.
"Es una constatación que estamos obligados a hacer cada día: sea en los acontecimientos o en los comportamientos de los humanos, es muy difícil hacer la separación entre el bien y el mal, porque están estrechamente entrelazados.
Hermes Trismegisto dijo en la Tabla de la Esmeralda: "Separarás lo sutil de los espeso con gran industria", es decir, con gran cuidado. Este precepto alquímico se aplica con toda naturalidad al problema del bien (lo sutil) y del mal (lo espeso). Si son tan difíciles de separar, es porque se alimentan el uno del otro. El mal se aferra al bien para extraer sus fuerzas. El bien igualmente se aferra al mal para alimentarse de él. Sin embargo, si bien podemos dejar al bien alimentarse del mal porque lo transforma, hay que evitar que el mal se nutra del bien. La planta tiene derecho a aprovechar los elementos de la tierra sobre la que crece, obedece con ello a las leyes de la creación y de la vida; pero la tierra no tiene derecho a extraer las fuerzas de la planta."
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