Pensamiento del Sábado 21 de julio de 2018.
"Estudiemos esa admirable construcción que es un cuerpo humano. Podemos compararlo con un edificio cuya estructura es el sistema óseo. El sistema óseo corresponde en la naturaleza al mundo mineral, y juega, como él, el papel de soporte material. Sobre los huesos están adheridos los músculos, como la vegetación está adherida al suelo. El sistema circulatorio, con las arterias y los vasos sanguíneos, corresponde a los ríos, a los cursos de agua, a los lagos, porque el agua es la sangre de la tierra que alimenta toda la vegetación.
El sistema respiratorio corresponde evidentemente al aire. Y finalmente el sistema nervioso, del que depende todo el funcionamiento del organismo, corresponde al fuego, al sol, que con su luz y su calor crea y alimenta toda la vida."Estudiemos esa admirable construcción que es un cuerpo humano. Podemos compararlo con un edificio cuya estructura es el sistema óseo. El sistema óseo corresponde en la naturaleza al mundo mineral, y juega, como él, el papel de soporte material. Sobre los huesos están adheridos los músculos, como la vegetación está adherida al suelo. El sistema circulatorio, con las arterias y los vasos sanguíneos, corresponde a los ríos, a los cursos de agua, a los lagos, porque el agua es la sangre de la tierra que alimenta toda la vegetación.
No son los huesos los que mandan en nuestro organismo, sino el sistema nervioso, que es el más sutil, el más elaborado. De esta constatación, podemos sacar la conclusión de que no es la materia a quien se debe conceder el primer lugar, sino al espíritu. Es ésta la lección que nos da el cuerpo físico."
Fuente:
http://www.prosveta.com
21 de Julio 2018