Muchos padres creen que los niños con baja autoestima necesitan que los elogien y refuercen continuamente. Por lo general, a todos nos agrada que en determinados momentos alaben nuestra conducta. Los elogios nos hacen sentir bien y en ocasiones hasta se convierten en un impulso para continuar adelante y esforzarse más. Lo mismo les sucede a los niños, sobre todo si el elogio proviene de un adulto que estiman, como los padres o el profesor.
No obstante, ahora una nueva investigación publicada en la Journal of Experimental Psychology analiza este fenómeno bajo una luz diferente y, de cierta forma, nos muestra las dos facetas del elogio. De hecho, sus resultados nos indican que el elogio puede ser una fuente de motivación para los niños, pero en el caso de los niños con baja autoestima, si este elogio no se hace adecuadamente puede avergonzarlos y frenar su desarrollo. Para comprender mejor a qué se refieren los investigadores, echémosle un vistazo al estudio en cuestión.
Las relaciones ocultas entre el elogio y la baja autoestima
La investigación se dividió en dos fases. En la primera se reclutaron a 357 padres holandeses y se les pidió que leyesen varias descripciones referidas a comportamientos que podrían mostrar sus hijos. Después tendrían que escribir los elogios que les darían, dependiendo de si el chico confiaba en sus capacidades o tenía una autoestima baja.
Los psicólogos descubrieron que los padres elogiaban casi el doble a los chicos que tenían una baja autoestima, con el objetivo de motivarles. Además, los halagos solían incluir frases grandilocuentes como: “Eres un gran artista”, en vez de decir: “El dibujo te ha quedado muy bien”, una frase que se destinaba a los chicos que se mostraban seguros de sí.
En la segunda fase de la investigación se trabajó con 313 niños, quienes debían competir contra otros chicos en un videojuego. Al final, el ordenador les brindaba un elogio. Así se descubrió que los chicos que tenían baja autoestima y eran elogiados con frases como “Eres genial”, se sentían avergonzados, mientras que cuando se alababa su esfuerzo, con frases como: “Has hecho un buen trabajo”, se sentían más cómodos. Este efecto era aún mayor cuando la tarea no se concluía con éxito.
Para reflexionar…
Algo que se repite con frecuencia y que parece de sentido común es que a la hora de educar es importante evitar criticar al niño globalmente, y que lo que se debe señalar es la conducta “inadecuada”, por ejemplo, en vez de decirle a un niño “eres malo” por pegar a otro niño, señalarle que pegar está mal o que no nos gusta que pegue a otros niños. ¿Pero qué pasa con el lado positivo?. ¿Debemos decirle a un niño que “es muy listo”? A la luz de este estudio parece que lo más puede ayudar a construir una sana autoestima en los niños es ceñirnos a los hechos y dejarnos de generalidades y etiquetas.
¿Cómo reforzar la autoestima a través de los elogios? Tres consejos para los padres
Los halagos son importantes, pero los padres deben tener en cuenta que existe una sutil diferencia entre adular y elogiar. Y los niños son conscientes de ella. Por tanto:
Elogia su actitud y el esfuerzo que ha puesto en la tarea. Céntrate en su comportamiento y no en los resultados obtenidos.
Sé concreto. El niño va a notar que te interesas por él mucho más fácilmente si le dices “me encanta la casa y el árbol que has pintado” mucho más que si le dices “qué dibujo tan bonito”.
Alaba en el momento adecuado, justo después de que haya terminado la tarea. El elogio debe ser espontáneo y es más eficaz si llega luego del esfuerzo. Un elogio realizado días o semanas después pierde gran parte de su poder motivador.
Utiliza palabras sencillas de manera que el pequeño entienda exactamente lo que estás elogiando. Evita las frases grandilocuentes y sé sincero/a, recuerda que el niño es perfectamente capaz de leer la comunicación extraverbal y detectar si mientes.
Rosario Linares
Fuente:
https://compartiendoluzconsol.wordpress.com
18 de Julio
2018