Nada más lejos de mi intención que interrumpir
vuestra edificante conversación. Recordad de qué hablabais y lo dejaremos así.
Ahora continuaremos con el dictado.
Me gustaría dejar claro que tampoco se gana nada
odiando al odio, pues se cae en la misma trampa.
Lo que hace falta es confiar plenamente en la
naturaleza de la vitalidad, y tener fe en que todos los elementos de la
experiencia se utilizan para un bien mayor, aunque no podáis percibir la manera
en que el «mal» se transmuta en creatividad. Aquello que amáis también formará
parte de vuestra experiencia en esta vida y en otras.
El concepto más importante que debéis recordar
es que nadie os impone la experiencia de determinada vida, sino que ella se
conforma fielmente de acuerdo con vuestras emociones y creencias. (Jane, como
Seth, transmitió este material vigorosamente y con ritmo rápido.) El gran poder
de la energía del amor y la creatividad resulta evidente en el mero hecho de
vuestra existencia. Ésta es una verdad olvidada muy a menudo: que [la
combinación de] la conciencia y la existencia continúan y absorben aquellos
elementos que os parecen tan destructivos a vosotros.
(Pausa a las 23.13.) El odio es poderoso si
creéis en él; sin embargo, aunque odiéis la vida, continuaréis existiendo. Cada
uno de vosotros ha concertado citas que habéis olvidado, citas que, por así
decirlo, habéis concertado antes de nacer en esta existencia. En muchos casos,
los amigos que hacéis eran vuestros íntimos mucho antes de que los encontrarais
en esta vida presente. Esto no quiere decir que todas vuestras amistades
actuales hayan sido conocidos vuestros, y ciertamente no implica un disco
aburrido que se repite y se repite, ya que cada encuentro es nuevo en sí mismo
a su manera. Si recordáis lo que dije sobre las familias, comprenderéis que
también los pueblos y las ciudades pueden estar compuestos por los habitantes
pasados de esos mismos pueblos y ciudades, transportados con experiencias e
historiales nuevos con los que el grupo intenta distintas experiencias.
Bien, a veces también hay variaciones, como por
ejemplo que los habitantes de cierta ciudad de Idaho podrían ser los mismos
habitantes renacidos que vivieron, digamos, en 1632 en una pequeña aldea
irlandesa.
Algunas personas que quisieron viajar del Viejo
al Nuevo Mundo podrían renacer en el Nuevo. Debéis recordar también que las
capacidades adquiridas en vuestras vidas pasadas están a vuestra disposición
para vuestro uso actual: cosecháis vuestros propios premios. A menudo se os da
información sobre esto durante el sueño, y también existe un tipo de sueño a
manera de Gestalt, un sueño raíz, a través del cual se comunican entre sí
aquellos que se conocieron en vidas pasadas.
En estos sueños se da información general
colectiva, que luego las personas pueden usar según su deseo. Se hacen planes
globales para el desarrollo, y los miembros de un grupo -digamos, de una
ciudad- toman decisiones sobre su destino. Algunos individuos siempre escogen
nacer formando parte de algún grupo -es decir, renacen con contemporáneos del
pasado-, mientras que otros desdeñan tales esfuerzos y vuelven en posiciones
mucho más solitarias.
(23.25.) Esta es una cuestión de sentimientos
psicológicos. Ciertos individuos se encuentran más cómodos, más seguros y más
capaces trabajando en compañía. Podríamos considerar la analogía de una persona
que llega a la universidad con su clase del jardín de infancia. En sus
reencarnaciones, esta persona siempre escogería volver con sus compañeros.
Otros, en cambio, saltarían de escuela en escuela y aparecerían solos -hablando
relativamente—, con una libertad y un reto mayores, pero sin el reconfortante
marco de seguridad que escogen los anteriores.
En todos los casos el individuo es el juez, no
sólo de cada vida sucesiva, de su tiempo, su entorno y la fecha histórica, sino
también de su carácter superior y los métodos para lograrlo. Por consiguiente,
hay tantas maneras distintas de reencarnarse como seres internos, y cada ser
interno escogerá sus propios métodos característicos.
Terminaré la sesión ahora que está empezado el
capítulo. Tengo el sentimiento de que en cualquier caso tendremos alguna sesión
extra. Les deseo una buena noche a mis amigos presentes. Espero que, en vuestro
próximo viaje (Seth había estado ayudando a Carl y Sue en sus viajes astrales),
traigáis los recuerdos de vuelta, y (dirigiéndose a mí) también tú.
(-Muy bien. Buenas noches, Seth, y gracias.)
(23.34. El trance de Jane había sido profundo,
con los ojos muy abiertos y oscuros. «Seth está aquí todavía», nos dijo.)
(En ese momento brotó una conversación muy
animada entre nosotros cuatro. Sue trajo a colación el tema de la superpoblación.
Si cierto número de entidades son los responsables de la creación de nuestro
mundo físico, ¿de dónde vienen los seres humanos extra?, preguntó. Yo le dije
que, de acuerdo con Seth, cada una de las personalidades que forma una entidad
se puede manifestar físicamente tan a menudo como quiera. Entonces nos
interrumpió Seth; eran las 23.40.)
Bien. Concededme un momento. (Pausa.) Lo primero
de todo es que, como raza, vosotros os habéis considerado separados del resto
de la naturaleza y de la conciencia.
Vuestra propia supervivencia como especie ha
sido vuestra principal inquietud. Sólo considerabais a las otras especies a la
luz del uso que pudierais darles. No habéis tenido ninguna concepción verdadera
de lo sagrada que es toda conciencia, ni de vuestra relación con ella. Estabais
perdiendo el control de esa enorme verdad.
En las circunstancias presentes continuáis
manteniendo la idea de la supervivencia racial sin tener en cuenta sus
consecuencias, la idea de cambiar el entorno para adaptarlo a vuestros
propósitos; y eso os ha llevado a descuidar las verdades espirituales.
Por consiguiente, ahora estáis viendo los
resultados en la realidad física. Bien, esas personalidades que están volviendo
lo hacen por varias razones. Algunos de ellos se ven arrastrados de nuevo a la
vida física debido a sus actitudes. Son aquellos que, en el pasado -hablando en
vuestros términos-, deseaban fervientemente la existencia física sin considerar
los derechos de las otras especies. Son sus propios deseos los que los conducen
de vuelta.
La raza debe aprender el valor del hombre
individual. También está aprendiendo su dependencia de las otras especies, y
empieza a comprender su posición en el marco total de la realidad física.
Bien. Ciertos individuos renacen en este tiempo,
simplemente para ayudaros a comprender. Están forzando el problema y están
forzando la crisis, pues aún tenéis tiempo para cambiar de actitud. Estáis
trabajando en dos problemas principales, pero ambos conciernen a lo sagrado del
individuo, y la relación del individuo con los demás y con toda
El problema de la guerra os va a enseñar antes o
después que, cuando matáis a otro hombre, básicamente acabáis matándoos a
vosotros mismos. El problema de la superpoblación os enseñará que, si no os
preocupáis con cariño por el entorno en el que vivís, a la larga éste no podrá
manteneros, ya que no seréis conciencia orientada físicamente.
dignos de él. No vais a destruir el planeta. No
vais a destruir los pájaros y las flores, o los cereales y los animales.
Vosotros no seréis dignos de ellos y ellos, os destruirán a vosotros.
Habéis creado el problema para con vosotros
mismos dentro de vuestro marco de referencia. No entenderéis cuál es vuestra
parte dentro del marco de la naturaleza hasta que realmente os veáis a vosotros
mismos en peligro de destrozarla. No podéis destruir la conciencia. Ni tan
siquiera podéis anular la conciencia de una simple hoja; pero, en vuestro
contexto, si no se solucionan los problemas, ellos se desvanecerán de vuestra
experiencia.
Sin embargo, la crisis es un tipo de terapia. Es
un método de enseñanza que habéis creado para vosotros, porque lo necesitabais.
Y lo necesitáis ahora
, antes de que vuestra raza se embarque en
viajes a otras realidades físicas. Debéis aprender ahora las lecciones en
vuestro patio trasero, antes de poder viajar a otros mundos. Así que habéis
traído esto sobre vosotros con ese propósito y vais a aprender. (Fin de la
sesión a las 23.55.)
Extracto de Habla Seth II
La eterna validez del alma
a través de Jane Roberts
www.trabajadoresdelaluz.com