Escucha sentado y tranquilo lo
que dice el Maestro Saint Germain: “A quien más le temen las hordas del mal es
a quien no le teme a nada. Así que no teman invocar El Poder Solar; el Poder de
la Llama Violeta y el Control del Cristo Cósmico, y vean los efectos sobre
aquellos que no eligen hacer lo correcto”.
Decreta:
“Yo
no temo a nada ni a nadie; la Llama Violeta está en mí”.
Ponte
de pie, y haciendo con la mano derecha gestos circulares alrededor de tu
cuerpo, decreta:
“YO
SOY el Amor, la Misericordia y el Perdón de la Llama Violeta Consumidora,
redimiendo toda guerra, bombas, municiones de guerra y toda profanación que
marchite la Tierra”.
Gracias
Padre porque Así Es.
Extraído del libro: “Ejercicios
de la Llama Violeta”. Rubén Cedeño. Editorial Señora Porteña
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27 de Febrero del 2016