SESIÓN 55O, 28 DE SEPTIEMBRE DE 197O 21.35 LUNES
(Del 7 al 19 de septiembre hicimos una gira de
radio y televisión en siete ciudades, para hacer publicidad del libro de Jane
El material de Seth. La experiencia resultó estimulante e instructiva; Seth
incluso habló por televisión en Boston y fue muy bien recibido.)
(Hemos mantenido sólo dos sesiones desde nuestra
vuelta a casa, para contestar preguntas y tratar otros temas surgidos en el
curso de la gira. Ahora que ya habíamos terminado este trabajo, Jane estaba
ansiosa de que Seth continuara con su libro.)
(Carl y Sue Watkins asistieron a la sesión. Sue
llevaba una lista de preguntas, que añadimos a otras que ya teníamos nosotros.)
Buenas noches.
(—Buenas noches, Seth.)
Y buenas noches a los amigos viajeros presentes.
Vamos a comenzar el capítulo siguiente, que se va a llamar «Las relaciones en
las reencarnaciones».
Bien. Las existencias de las distintas
reencarnaciones, os permiten expandir vuestra conciencia, vuestras ideas,
vuestras percepciones y vuestros valores. Rompéis con las restricciones que
habéis adoptado, y crecéis espiritualmente en la medida en que aprendéis a
liberaros de concepciones y dogmas que os limitan.
Sin embargo, vuestro ritmo de aprendizaje
depende enteramente de vosotros. Tener conceptos limitados, dogmáticos o
rígidos sobre el bien y el mal puede frenaros. Las ideas estrechas sobre la
naturaleza de la existencia pueden seguiros a través de varias vidas, si no
elegís ser flexibles espiritual y psíquicamente.
Estas ideas rígidas pueden actuar verdaderamente
como cadenas, que os forzarían a describir círculos como un cachorro atado a
una cuerda. En tales casos, y quizás a lo largo de una serie de existencias, os
podríais encontrar batallando contra los conceptos del bien y del mal y metidos
en un círculo de confusión, duda y ansiedad.
A vuestros amigos y conocidos les preocuparán
los mismos problemas, ya que atraéis a aquellos que tienen vuestras mismas
preocupaciones. Por lo tanto, os repito: muchos de vuestros conceptos del bien
y del mal están muy distorsionados y ensombrecen la comprensión que tenéis
sobre la naturaleza de la realidad.
Si dais forma en vuestra mente a una culpa, ésta
se volverá real para vosotros, y tendréis que resolverla. Pero muchos de
vosotros creáis culpas para las que no existe una causa justificada, y os
cargáis a vosotros mismos con esas culpas sin motivo alguno. En vuestra
dimensión de actividad parece haber una terrible variedad de males. Permitidme
deciros que aquel que odia un mal se limita a crear otro.
(21.45.) Bien, desde vuestro punto de referencia
normalmente os resulta difícil percibir que todos los acontecimientos tienen
como objetivo la creatividad, o confiar en la creatividad espontánea de vuestra
propia naturaleza. Dentro de vuestro sistema, matar es obviamente un crimen
moral, pero matar a otro por castigo sólo agrava el error original. Alguien muy
bien conocido que fundó una iglesia —o, si lo queréis, una civilización-dijo
una vez: «Si te atacan ofrece la otra mejilla». Sin embargo, debería entenderse
el significado original de esta frase. Debéis ofrecer la otra mejilla porque os
dais cuenta de que, básicamente, el atacante sólo se ataca a sí mismo.
En ese caso quedáis libres, y la reacción es
buena. Si, en cambio, ofrecéis la otra mejilla sin entender esto, sintiendo
resentimiento, o por un sentimiento de superioridad moral, entonces la reacción
está muy lejos de ser la adecuada.
Bien, todo esto puede aplicarse a las relaciones
en vuestras reencarnaciones, y también, por supuesto, a vuestra experiencia
diaria corriente. Si odiáis a otra persona, ese odio puede ataros a ella
durante tantas vidas como vosotros permitáis que el odio os consuma. Vosotros
atraéis, en esta existencia y en todas las otras, aquellas cualidades en las
que concentráis vuestra atención. Si os preocupáis intensamente por las injusticias
que creéis que os han hecho, atraeréis más ese tipo de experiencia; y, si
continuáis de esa manera, eso se reflejará en vuestra siguiente existencia, si
bien en el período entre vidas hay un «tiempo» para la contemplación y la
comprensión.
Aquellos que no aprovechen en esta vida las
ventajas de tales oportunidades, normalmente tampoco lo harán cuando ésta
acabe. La conciencia debe expandirse. Debe crear. Debe
Por lo tanto es inútil decir: «Cuando termine
esta vida analizaré mis experiencias y corregiré mis acciones.» Eso sería como
si un hombre joven dijera: «Cuando sea viejo y me retire, usaré todas las
capacidades que estoy desarrollando ahora.» El escenario para vuestra «próxima»
vida lo preparáis ahora. Los pensamientos que pensáis hoy se convertirán, de
una manera u otra, en el tejido de vuestra próxima existencia. No existen
palabras mágicas capaces de convertiros en sabios, de llenaros de comprensión y
compasión, y de expandir vuestra conciencia. volverse del revés para hacerlo.
No existe nada a excepción de vosotros mismos que os pueda forzar a comprender
estas cuestiones o a hacerles frente.
(21.58.) Vuestros pensamientos y la experiencia
cotidiana contienen las respuestas. Cualquier éxito en esta vida, cualquier
capacidad los habéis desarrollado en las experiencias pasadas. Os corresponden
por derecho. Habéis trabajado para desarrollarlos. Si miráis a vuestro
alrededor a vuestros parientes, amigos, conocidos y compañeros de trabajo,
también veréis qué tipo de personas sois, pues estáis atraídos hacia ellos,
como ellos lo están hacia vosotros, a través de similitudes internas muy
básicas.
Si examináis vuestros pensamientos durante cinco
minutos algunas veces al día, varias veces al mes, tendréis una impresión
correcta del tipo de vida que hasta ese momento os habéis preparado para la
próxima existencia. Si no estáis contentos con lo que descubrís, será mejor que
empecéis a cambiar la naturaleza de vuestros pensamientos y sentimientos.
Como más adelante veréis en este libro, sois
capaces
Podéis tomar vuestro descanso. de hacerlo. No
existe una ley que diga que en cada vida deberéis encontrar a aquellos que
habéis conocido antes; y, sin embargo, debido a la naturaleza de la atracción,
sucede así a menudo.
(-Gracias. -Yo estaba bromeando.)
(Con sentido del humor:) No te mantengo ocupado
todo el tiempo, porque eres un gran amigo.
(—Muchas gracias.)
(22.04. El ritmo de Jane había sido bueno, con
pocas pausas. Durante el descanso, los cuatro nos pusimos a charlar sobre
nuestras actividades de la noche del sábado anterior; después de ir a bailar,
habíamos acabado en el Toby's Bar and Grill, donde habíamos comido bocadillos
calientes de salchichas y pimientos. Continuamos a las 22.15.)
Bien. No puedo competir con un bocadillo de
salchicha. Por suerte, ahora no tenéis uno, así que continuaremos con el
dictado.
Hay varias razones que os hacen nacer en vuestra
familia actual. Puede ser que después de la muerte os encontréis con una
relación emocional muy fuerte con una personalidad de una vida pasada. Por
ejemplo, si estáis casados y la relación con vuestro compañero no es verdadera,
podría suceder que encontrarais una esposa o un marido de otra vida esperando por
vosotros.
A menudo, los miembros de un grupo -militares,
eclesiásticos, grupos de cacería-, establecen relaciones de familia en otra
vida para resolver viejos problemas de una manera nueva. Las familias deben ser
consideradas como una Gestalt de actividad psíquica; poseen identidad
subjetiva, por más que ningún miembro particular del grupo sea consciente de
ello.
Las familias tienen propósitos subconscientes
comunes, aun cuando sus miembros individuales estén persiguiendo esas metas sin
conocimiento consciente. Estos grupos se establecen con antelación, por así
decirlo, en los períodos entre existencias físicas. A veces, un grupo de cuatro
o cinco individuos se plantea un reto concreto y asigna a sus distintos
miembros los diferentes papeles de una obra y posteriormente desarrollan esos
papeles en una existencia física.
El ser interno es siempre consciente de los
mecanismos ocultos de estas Gestalts familiares. Aquellos que han estado
estrechamente vinculados por lazos emocionales prefieren permanecer unidos por
relaciones físicas más o menos estrechas que pueden continuar durante muchas
vidas. Sin embargo, siempre se recomienda establecer nuevas relaciones para
evitar formar en las reencarnaciones «familias» limitadas, de crecimiento
cerrado. Muchas de ellas forman organizaciones físicas que realmente son
manifestaciones de grupos internos.
He hablado anteriormente de lo que sucede cuando
se tienen conceptos rígidos sobre el bien y el mal. No hay más que una manera
de evitar este problema: sólo la verdadera compasión y el verdadero amor
conducen al entendimiento de la naturaleza del bien, y sólo estas cualidades
sirven para aniquilar los conceptos erróneos y distorsionados sobre el mal.
(22.28.) Simplemente, ocurre que, si creéis en
el concepto del mal, éste se hace realidad en vuestro sistema y siempre lo vais
a encontrar manifestado. Por consiguiente, esa creencia vuestra en él os
parecerá sumamente justificada. Si seguís acarreando estos conceptos a través
de las sucesivas generaciones, a través de las encarnaciones, entonces estáis
ampliando su realidad.
Permitidme intentar arrojar algo de luz sobre lo
que estoy intentando deciros. Ante todo, el amor siempre debe ir acompañado de
libertad. Si un hombre dice que os ama, pero niega vuestra libertad,
normalmente lo odiaréis. No obstante, sus palabras harán que no justifiquéis
vuestra emoción. Este tipo de enredo emocional puede conducir por sí mismo a
otros enredos continuos que duran varias vidas.
Si odiáis el mal, debéis tener cuidado con
vuestra concepción del término. El odio es restrictivo: estrecha el campo de
vuestra percepción. Es realmente un cristal oscuro que ensombrece la totalidad
de vuestra experiencia. Él hace que cada vez encontréis más y más cosas que
odiar, y que llevéis esos elementos odiados a vuestra propia experiencia.
Bien. Si, por ejemplo, odiáis a uno de vuestros
padres, os resultará relativamente fácil odiar a cualquier padre, porque en su
cara veréis y proyectaréis siempre al que os ofendió originalmente. En las
vidas siguientes podéis también veros empujados hacia una familia y encontraros
enredados en las mismas emociones, ya que el problema son las emociones en sí y
no los elementos que parecen provocarlas.
Si odiáis la enfermedad podéis atraer una vida
siguiente de enfermedades, pues es el odio el que las ha atraído hacia
vosotros. Si por el contrario sentís...
(22.35. Jane, como Seth, se interrumpió. Nuestro
gato, Willy, se había despertado de su siesta y había saltado a su regazo. Yo
lo alcé, pero el contacto de su garra sobre la pierna de Jane la hizo salir del
trance. Metía Willy en el lavabo. Mientras tanto, Jane permaneció sentada
tranquilamente; luego continuó con el dictado.)
Bien. Si vosotros expandís vuestro sentido del
amor, o de la salud y de la existencia, en esta vida y en otras estaréis
atraídos hacia esas cualidades, porque es en ello en lo que os concentráis. Una
generación que odie la guerra (Jane miró a Cari) no traerá la paz. Una generación
que ame la paz traerá la paz.
El morir con odio hacia una causa o una persona
es una gran desventaja. Ahora tenéis todo tipo de oportunidades para recrear
vuestra experiencia personal por caminos más benéficos, y para cambiar vuestro
mundo.
En vuestra próxima vida vais a trabajar con esas
aptitudes que son vuestras ahora. Si ahora insistís en hacer crecer el odio en
vuestro interior, es muy probable que continuéis haciendo lo mismo. Por otro
lado, esos chispazos de verdad, intuición, amor, alegría, creatividad y
realización conseguidos ahora seguirán siendo vuestros más adelante al igual
que lo son ahora.
Ellos son las únicas realidades verdaderas, los
únicos cimientos reales de la existencia. Es absurdo, como dijo Ruburt una vez,
odiar una tormenta, o amenazarla con el puño e insultarla. Os reís cuando
pensáis en los niños o en los nativos que hacen ese tipo de cosas. Es inútil
asignarle personalidad a una tormenta, tratarla como si fuera un demonio, y
enfocarse en sus elementos destructivos, o en aquellos elementos que a vosotros
os parecen destructivos.
El cambio de forma no es destructivo. La energía
explosiva de una tormenta es altamente creativa. La conciencia no puede ser
destruida. La tormenta forma parte de la creatividad. Vosotros la veis desde
vuestra propia perspectiva, pero otro individuo puede sentir que dentro de una
tormenta está el infinito ciclo de la creatividad, mientras que para otro
representará un trabajo del diablo.
A lo largo de vuestra vida interpretáis a
vuestra propia manera la realidad que veis y eso tiene cierto efecto sobre
vosotros y, a su vez, sobre los demás. El hombre que odia prejuzga la
naturaleza de la realidad de acuerdo con su propia y limitada comprensión.
Bien, en este capítulo sobre la reencarnación
pongo énfasis en el tema del odio porque sus resultados pueden ser desastrosos.
Un hombre que odia siempre se justifica a sí mismo, ya que nunca odia algo que
reconozca como bueno. Por lo tanto, cree ser justo en su odio, pero el odio es
en sí mismo una afirmación muy fuerte que lo seguirá durante sus vidas
sucesivas, hasta que aprenda que el único destructor es el propio odio.
Ahora podéis hacer un descanso. Empezad vuestra
charla y yo os escucharé.
(-Bien.)
¿Puedes comprender este material?
(-Desde luego. ¿Por qué lo preguntas?)
(Inclinándose hacia adelante con sentido del
humor:) Tú eres mi primer lector.
(22.51. El descanso llegó entre las risas de Sue
y Cari. El ritmo de Jane había sido rápido la mayor parte del tiempo.
Continuamos a las 23.08 de igual manera.)
Extracto de Habla Seth II
La eterna validez del alma
a través de Jane Roberts
www.trabajadoresdelaluz.com