"Esforzaos por vivir bien hoy, porque el mañana todavía no existe y, si os inquietáis por él, es como si echaseis vuestras energías al vacío. Trabajad sobre el hoy, porque el hoy no morirá, no hará otra cosa que prolongarse, y al prolongarse se convertirá en el mañana.
Jesús decía: «No os inquietéis por el mañana, porque el mañana cuidará de sí mismo.» Estas palabras nos obligan a meditar sobre la idea de duración, de continuidad. El que fabrica una cadena debe velar por la solidez de cada eslabón, porque si un sólo eslabón es frágil y se rompe, no sirve de nada que todos los demás aguanten: el conjunto se rompe. Debemos pues vivir cada día de acuerdo con las leyes divinas, para hacer de este día un eslabón sólido y para que así no se rompa la cadena. Hoy es un nuevo eslabón que va a añadirse a los demás, y es sobre el que debemos concentrarnos."