"Podemos comparar a los humanos con árboles frutales: las condiciones en las que han sido puestos representan el suelo sobre el que deben crecer, florecer y dar frutos. Después de haber sufrido grandes pruebas y creído que no sobrevivirían a ellas, cuántos seres han tenido que reconocer que esas pruebas les han hecho, podemos decir, más… «productivos». Porque se vieron obligados no sólo a buscar recursos en ellos mismos, sino también a aprender a utilizarlos.
En vez de quejarse de las condiciones difíciles, en vez de querer a toda costa cambiar o esperar mejores condiciones, debemos empezar a trabajar sobre nosotros mismos: excavar profundamente en nosotros para encontrar los elementos, las fuerzas, las virtudes gracias a las cuales daremos los frutos más suculentos."
Fuente:
http://www.prosveta.com
23
de abril 2019